Yo me acerqué a él y le maté, pues sabía muy bien que no sobreviviría a su derrota; y tomando la diadema que llevaba en la cabeza y el brazalete que tenía en su brazo, se los he traído aquí a mi señor.”
2 Samuel 1:16 - Biblia Nacar-Colunga David dijo: “Caiga tu sangre sobre tu cabeza. Tu misma boca ha atestiguado contra ti al decir: Yo he dado la muerte al ungido de Yahvé.” Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu misma boca atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente y David dijo: —Te condenaste a ti mismo al confesar que mataste al ungido del Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) David dijo entonces: 'Recaiga tu sangre sobre tu cabeza. Tú mismo te condenaste cuando dijiste que habías herido de muerta al ungido de Yavé'. La Biblia Textual 3a Edicion Y David le dijo: ¡Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu boca atestiguó contra ti cuando dijiste: Yo maté al ungido de YHVH! Biblia Serafín de Ausejo 1975 David le dijo: 'Caiga tu sangre sobre tu cabeza, pues tu boca testificó contra ti cuando dijiste: 'Yo he dado muerte al ungido de Yahveh''. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, porque tu boca ha testificado contra ti, diciendo: Yo he matado al ungido de Jehová. |
Yo me acerqué a él y le maté, pues sabía muy bien que no sobreviviría a su derrota; y tomando la diadema que llevaba en la cabeza y el brazalete que tenía en su brazo, se los he traído aquí a mi señor.”
Yahvé hace recaer sobre tu cabeza toda la sangre de la casa de Saúl, cuyo reino has usurpado, y ha entregado tu reino en manos de Absalón, tu hijo. Te ha dado lo que tú mereces, porque eres un hombre sanguinario.”
sabe que con toda certeza morirás; será tu sangre sobre tu cabeza.”
Es tu boca, no soy yo, quien te condena; son tus labios los que atestiguan contra ti.'
dé a logro y reciba a usura, ¿vivirá éste? No vivirá. Hizo todas esas abominaciones, de cierto morirá. Recaerá su sangre sobre él.
Oyó el sonido de la trompeta y no se apercibió; su sangre será sobre él; si se hubiese apercibido, habría salvado su vida,'
Si una mujer se acerca a una bestia, prostituyéndose ante ella, matarás a la mujer y a la bestia; ambas serán muertas; caiga sobre ellas su sangre.'
Todo hombre o mujer que evoque a los muertos y se dé a la adivinación será muerto, lapidado; caiga sobre ellos su sangre.”
Quien maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte; caiga su sangre sobre él.'
Y todo el pueblo contestó diciendo: Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos.
Díjole: Por tu boca misma te condeno, mal siervo. Sabías que yo soy hombre severo, que rengo donde no deposité, y siego donde no sembré.
Como éstos le resistían y blasfemaban, sacudiendo sus vestiduras, les dijo: Caiga vuestra sangre sobre vuestras cabezas; limpio soy yo de ella. Desde ahora me dirigiré a los gentiles.'
por lo cual en este día os testifico que estoy limpio de la sangre de todos,
Ahora bien, sabemos que cuanto dice la Ley, lo dice a los que viven bajo la Ley, para tapar toda boca y que todo el mundo se confiese reo ante Dios.
para que no sea derramada sangre inocente en medio de la tierra que Yahvé, tu Dios, te dará por heredad y no caiga sangre sobre ti.
Si alguno sale fuera de la puerta de tu casa, su sangre será sobre su cabeza y nosotros seremos inocentes; pero si alguien pone la mano sobre alguno de los que contigo estén en tu casa, su sangre sea sobre nuestra cabeza.'
para que el asesinato de los setenta hijos de Jeroboal y la sangre de ellos cayese sobre Abimelec, su hermano, que los había matado, y sobre los habitantes de Siquem, que le habían prestado ayuda para matar a sus hermanos.
Cuando supo David la muerte de Nabal, se dijo: “¡Bendito Yahvé, que ha defendido mi causa contra el ultraje que me hizo Nabal e impidió a su siervo hacer el mal! Yahvé ha hecho que la maldad de Nabal recayera sobre su cabeza.” Después mandó mensajeros a Abigaíl para proponerla que quería tomarla por mujer.
Pero David le dijo: “No le mates. Quien pusiere su mano sobre el ungido de Yahvé, ¿quedaría impune?”