Extenderá Yahvé desde Sión tu poderoso cetro6: “Domina en medio de tus enemigos.”
2 Corintios 10:4 - Biblia Nacar-Colunga pues las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas por Dios para derribar fortalezas, destruyendo sofismas, Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, Biblia Nueva Traducción Viviente Usamos las armas poderosas de Dios, no las del mundo, para derribar las fortalezas del razonamiento humano y para destruir argumentos falsos. Biblia Católica (Latinoamericana) Nuestras armas no son las humanas, pero tienen la fuerza de Dios para destruir fortalezas: todos esos argumentos La Biblia Textual 3a Edicion Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para destrucción de fortalezas; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Las armas de mi combate no son carnales, sino que tienen poder divino para derribar fortalezas: derribamos sofismas Biblia Reina Valera Gómez (2023) porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; |
Extenderá Yahvé desde Sión tu poderoso cetro6: “Domina en medio de tus enemigos.”
Entonces, en todo monte alto y en todo collado elevado, habrá arroyos y corrientes de aguas al tiempo de la gran matanza, de la caída de las torres.
Mira que te constituyo hoy sobre naciones y reinos para arrancar y destruir, para arruinar y asolar, para edificar y plantar.
¿No es mi palabra como el fuego — oráculo de Yahvé — y cual martillo que tritura la roca?
Y fue Moisés instruido en toda la sabiduría de los egipcios y era poderoso en palabras y obras.
La noche va muy avanzada y se acerca ya el día. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas, y vistamos las armas de la luz.
ni deis vuestros miembros como armas de iniquidad al pecado, sino ofreceos más bien a Dios, como quienes muertos han vuelto a la vida, y dad vuestros miembros a Dios, como instrumento de justicia.
para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
¿Quién jamás milita a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿Quién apacienta un rebaño y no come de su leche?
Porque aunque con exceso me gloríe yo de la autoridad que me dio el Señor para edificación y no para destrucción vuestra, no por eso me avergonzaré.
Por eso os escribo esto ausente, para que presente, no necesite usar de la autoridad que el Señor me confirió para edificar, no para destruir.
No que nosotros seamos capaces de poner en cuenta cosa alguna como de nosotros mismos, que nuestra suficiencia viene de Dios.
Pero llevamos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no parezca nuestra.
en palabras de veracidad, en el poder de Dios, en armas de justicia ofensivas y defensivas,
Pero nosotros, hijos del día, seamos sobrios, revestidos de la coraza de la fe y de la caridad y del yelmo de la esperanza en la salvación.
Este es el requerimiento que yo te confío, hijo mío Timoteo, conforme a las profecías de ti hechas anteriomente, a fin de que, puestos en ellas los ojos, sostengas el buen combate
Por la fe cayeron los muros de Jericó, después de haber sido rodeados siete días.
Los sacerdotes tocaron las trompetas, y cuando el pueblo, oído el sonido de las trompetas, se puso a gritar clamorosamente, las murallas de la ciudad se derrumbaron, y cada uno subió a la ciudad frente de sí.