Quizá Yahvé, tu Dios, oiga las palabras de Rabsaces, mandado por el rey de Asiría, su señor, para insultar al Dios vivo, y castigue por las palabras que oyó Yahvé, tu Dios. Elévale una súplica por este resto que aún subsiste.
1 Samuel 7:8 - Biblia Nacar-Colunga y dijeron a Samuel: “No ceses de clamar por nosotros a Yahvé, nuestro Dios, para que nos libre de la mano de los filisteos.” Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces dijeron los hijos de Israel a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de los filisteos. Biblia Nueva Traducción Viviente «¡No dejes de rogarle al Señor nuestro Dios que nos salve de los filisteos!», le suplicaron a Samuel. Biblia Católica (Latinoamericana) Dijeron entonces a Samuel: 'No dejes de suplicar a Yavé nuestro Dios por nosotros para que nos salve de las manos de los filisteos'. La Biblia Textual 3a Edicion Y los hijos de Israel dijeron a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a YHVH nuestro Dios, que nos salve de mano de los filisteos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijeron entonces los israelitas a Samuel: 'No ceses de clamar por nosotros a Yahveh, nuestro Dios, para que nos salve de la mano de los filisteos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijeron los hijos de Israel a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de mano de los filisteos. |
Quizá Yahvé, tu Dios, oiga las palabras de Rabsaces, mandado por el rey de Asiría, su señor, para insultar al Dios vivo, y castigue por las palabras que oyó Yahvé, tu Dios. Elévale una súplica por este resto que aún subsiste.
Por amor de Sión yo no callaré, y por Jerusalén no pararé hasta que resplandezca su justicia como luz esplendente, y su salvación como antorcha encendida;'
Y si en verdad son profetas, si tienen palabra de Yahvé, que intercedan ante Yahvé de los ejércitos para que los vasos que todavía quedan en el templo y en el palacio del rey de Judá y en Jerusalén no sean llevados también a Babilonia.
y le dijeron: Acepta nuestro ruego y pide por nosotros a Yahvé, tu Dios; por todos estos restos, pues de muchos hemos quedado pocos, como tú ves.'
Confesaos, pues, mutuamente vuestras faltas y orad unos por otros para que os salvéis. Mucho puede la oración fervorosa del justo.