A la mujer le dijo: “Multiplicaré los trabajos de tus preñeces; parirás con dolor los hijos y buscarás con ardor a tu marido, que te dominará.”
1 Samuel 4:19 - Biblia Nacar-Colunga Su nuera, la mujer de Finés, estaba encinta, ya para dar a luz. Al saber la noticia de la toma del arca de Dios, de la muerte de su suegro y de su marido, se doblegó y parió, pues le sobrevinieron los dolores del parto. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y su nuera la mujer de Finees, que estaba encinta, cercana al alumbramiento, oyendo el rumor que el arca de Dios había sido tomada, y muertos su suegro y su marido, se inclinó y dio a luz; porque le sobrevinieron sus dolores de repente. Biblia Nueva Traducción Viviente La nuera de Elí, esposa de Finees, estaba embarazada y próxima a dar a luz. Cuando se enteró de que habían capturado el arca de Dios y que su suegro y su esposo habían muerto, entró en trabajo de parto y dio a luz. Biblia Católica (Latinoamericana) Su nuera, la mujer de Finjas, estaba embarazada y a punto de dar a luz. Al saber la captura del arca de Dios, la muerte de su suegro y de su marido, le vinieron los dolores, se puso en cuclillas y dio a luz. La Biblia Textual 3a Edicion Y su nuera, la mujer de Finees, que estaba encinta y cercana al parto, al escuchar la noticia de que el Arca de Dios había sido tomada, y que su suegro y su marido habían muerto, se agachó, pues los dolores la habían acometido, y dio a luz. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Su nuera, la mujer de Pinjás, estaba encinta y para dar a luz. Cuando oyó las noticias de la captura del arca de Dios, de la muerte de su suegro y de su marido, se encorvó y dio a luz, pues le sobrevinieron los dolores del parto. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y su nuera, la esposa de Finees, que estaba encinta y cercana a dar a luz, al oír la noticia de que el arca de Dios había sido tomada, y que su suegro y su marido habían muerto, se inclinó y dio a luz; porque le sobrevinieron sus dolores. |
A la mujer le dijo: “Multiplicaré los trabajos de tus preñeces; parirás con dolor los hijos y buscarás con ardor a tu marido, que te dominará.”
Entre las angustias del parto, le dijo la partera: “No temas, que también éste es hijo.”
Sus sacerdotes cayeron bajo la espada, sin que los lloraran sus viudas.
yo haré de esta casa lo que hice de Silo, y de esta ciudad haré la maldición de todos los pueblos de la tierra.
Apenas hubo mentado el arca de Dios, cayó Helí de su silla hacia atrás, junto a la puerta, y se desnucó y murió, pues era ya muy anciano y estaba muy pesado. Había juzgado a Israel durante cuarenta años.
Como se veía morir, las mujeres que estaban junto a ella le decían: “Animo, que has parido un hijo”; pero ella ni respondía ni entendía.'