Online nga Bibliya

Mga paanunsiyo


Ang tibuok bibliya Daang Tugon Bag-ong Tugon




1 Samuel 30:4 - Biblia Nacar-Colunga

alzaron la voz y lloraron hasta más no poder.

Tan-awa ang kapitulo
Ipakita Interlinear Bible

Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar.

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

lloraron a más no poder.

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

David y el pueblo que lo acompañaba se pusieron a gritar y a llorar hasta que quedaron sin aliento para llorar.

Tan-awa ang kapitulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces David y la gente que estaba con él alzaron su voz y lloraron, hasta que no les quedaron más fuerzas para llorar.

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

David y los que le acompañaban alzaron la voz y lloraron hasta más no poder.

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar.

Tan-awa ang kapitulo
Ubang mga hubad



1 Samuel 30:4
9 Cross References  

Mientras que Esdras lloraba postrado ante la casa de Dios y hacía esta plegaria y esta confesión, habíase reunido junto a él una gran muchedumbre de gentes de Israel” Hombres, mujeres, niños y todos derramaban abundantes lágrimas.


Entonces toda la muchedumbre rompió a gritar, y el pueblo se pasó toda la noche llorando;'


Moisés refirió todo esto a los hijos de Israel, y el pueblo quedó desolado.


Cuando el ángel de Yahvé hubo dicho estas palabras a todos los hijos de Israel, lloraron todos a voces.


Vino el pueblo de Betel y estuvo allí ante Dios toda la tarde. Alzando su voz, lamentábase grandemente, diciendo:


Vinieron mensajeros a Gueba de Saúl, y contaron al pueblo esto, y el pueblo todo lloró a voz en grito.


Cuando llegaron David y sus gentes a la ciudad y vieron que había sido quemada y que sus mujeres, hijos e hijas habían sido llevados cautivos,


Cuando llegó, estaba Helí sentado en una silla, a la vera del camino, cerca de la puerta, esperando, pues su corazón temblaba por el arca de Dios. Entró el hombre en la ciudad para informarla, y toda ella fue un grito.