Remunerábame Yahvé conforme a mi justicia, según la pureza de mis manos me pagaba,
1 Samuel 26:23 - Biblia Nacar-Colunga Yahvé dará a cada uno según su justicia y su fidelidad. Hoy te ha puesto en mis manos, y yo no he querido alzar mi mano contra el ungido de Yahvé. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad; pues Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano contra el ungido de Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor da su propia recompensa por hacer el bien y por ser leal, y yo rehusé matarlo, aun cuando el Señor lo puso en mi poder, porque usted es el ungido del Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé recompensará a cada cual según su justicia y su fidelidad. Hoy Yavé te había puesto en mis manos y yo no quise poner mi mano encima del que Yavé consagró. La Biblia Textual 3a Edicion YHVH retribuirá a cada uno su justicia y su lealtad, pues habiéndote entregado YHVH hoy en mi mano, no he querido extender mi mano contra el ungido de YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh retribuirá a cada uno según su justicia y lealtad. Yahveh te había entregado hoy en mis manos, pero yo no he querido poner la mía sobre el ungido de Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad; pues Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano sobre el ungido de Jehová. |
Remunerábame Yahvé conforme a mi justicia, según la pureza de mis manos me pagaba,
Y me retribuyó Yahvé conforme a mi justicia y según la limpieza de mis manos ante sus ojos.
oye tú desde los cielos, y obra juzgando a tus siervos, condenando al impío, haciendo recaer su maldad sobre su cabeza y justificando al justo para retribuirle según su justicia.
Acuérdate de mí, ¡oh Dios! por todo esto, y no olvides el bien que hice a la casa de mi Dios y en orden a la observancia.
Pues retribuye al hombre según sus obras, y según su conducta le trata.
Una vez habló Dios, y estas dos cosas le oí: que sólo en Dios está el poder.
Hoy ven tus ojos cómo Yahvé te ha puesto en mis manos en la caverna; pero yo te he preservado, diciéndome: “No pondré yo mi mano sobre mi señor, que es el ungido de Yahvé.'
¡Mira, padre mío, mira! En mi mano tengo la orla de tu manto. Yo la he cortado con mi mano; y cuando no te he matado, reconoce y comprende que no hay en mí ni maldad ni rebeldía y que no he pecado contra ti. Tú, por el contrario, andas a la caza de mi vida para quitármela.'
“Mejor eres tú que yo, pues tú me has hecho bien y yo te pago con mal.
Tú has probado hoy que obras benévolamente conmigo, pues que Yahvé me ha puesto en tus manos y tú no me has matado,
Yahvé me libre de poner la mano sobre su ungido. Tome la lanza y el jarro que está junto a la cabecera, y vamonos.”
David respondió: “Aquí tienes tu lanza, rey. Que venga un mozo a buscarla.
Pero David le dijo: “No le mates. Quien pusiere su mano sobre el ungido de Yahvé, ¿quedaría impune?”