que es breve la exultación del malvado y dura un instante la alegría de los perversos?
1 Samuel 23:7 - Biblia Nacar-Colunga Cuando Saúl supo que David había ido a Queila, se dijo: “Dios me lo entrega, pues ha ido a encerrarse en una ciudad que tiene puertas y cerrojos.” Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y fue dado aviso a Saúl que David había venido a Keila. Entonces dijo Saúl: Dios lo ha entregado en mi mano, pues se ha encerrado entrando en ciudad con puertas y cerraduras. Biblia Nueva Traducción Viviente Pronto Saúl se enteró de que David estaba en Keila. «¡Excelente! —exclamó—. ¡Ya lo tenemos! Dios me lo entregó en mis manos, porque se ha quedado atrapado en una ciudad amurallada». Biblia Católica (Latinoamericana) Le avisaron a Saúl que David había entrado en Queila; Saúl dijo: 'Dios lo ha puesto en mis manos, pues al entrar en una ciudad con puertas y candados se ha encerrado solo'. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando informaron a Saúl que David había ido a Keila, Saúl dijo: ¡’Elohim lo ha desamparado en mi mano, encerrándose al entrar en una ciudad de puertas y barras! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Anunciaron a Saúl que David había ido a Queilá, y dijo Saúl: 'Dios lo ha entregado en mis manos, pues ha ido a encerrarse en una ciudad que tiene puertas y cerrojos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y fue dicho a Saúl que David había venido a Keila. Entonces dijo Saúl: Dios lo ha traído a mis manos; pues él se ha encerrado, entrando en ciudad con puertas y cerraduras. |
que es breve la exultación del malvado y dura un instante la alegría de los perversos?
Tú los guardas, al amparo de tu rostro, de las altanerías de los hombres, y como en una tienda los pones a cubierto de las lenguas pendencieras.
El faraón se dirá respecto de los hijos de Israel: “Andan errantes por la tierra, el desierto les cierra el paso.”
Díjose el enemigo: “Los perseguiré, los alcanzaré; me repartiré sus despojos, hartaráse mi alma. Desenvainaré mi espada, y los despojará mi mano.”
David andaba por el desierto, acogiéndose a los lugares fuertes, y se estableció en la montaña del desierto de Zif.
Abiatar, hijo de Ajimelec, que había recibido a David, bajó con él a Queila, llevando consigo el “efod.”
Saúl reunió al pueblo para la guerra, para bajar a Queila y sitiar en ella a David y a los suyos;'