Y cuando Acab vio a Elías, le dijo Acab: ¿Eres tú el que turbas a Israel?
Proverbios 9:7 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras El que castiga al burlador, afrenta se acarrea; el que reprende al impío, se atrae mancha. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta; El que reprende al impío, se atrae mancha. Biblia Nueva Traducción Viviente El que reprende a un burlón recibirá un insulto a cambio; el que corrige al perverso saldrá herido. Biblia Católica (Latinoamericana) El que le llama la atención a un burlón se atrae sus insultos; el que corrige a un malvado corre el riesgo de que lo humillen. La Biblia Textual 3a Edicion Quien corrige al cínico se acarrea insultos, Quien amonesta al malvado, desprecios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quien reprende al insolente se acarrea desprecio, quien corrige al perverso se busca ultrajes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta: El que reprende al impío, se atrae mancha. |
Y cuando Acab vio a Elías, le dijo Acab: ¿Eres tú el que turbas a Israel?
Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? Y él respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a mal hacer delante del SEÑOR,
Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana, e hirió a Micaías en la mejilla, diciendo: ¿Por dónde se fue de mí el espíritu del SEÑOR para hablarte a ti?
y dirás: Así dijo el rey: Echad a éste en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de angustia, hasta que yo vuelva en paz.
Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió el furor del SEÑOR contra su pueblo, y que no hubo remedio.
He aquí, que bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
El hijo sabio toma el castigo del padre; mas el burlador no escucha la reprensión.
No hables a oídos del loco; porque menospreciará la prudencia de tus razones.
Mas callaron, y no le respondieron palabra, porque el Rey así lo había mandado, diciendo: No le respondáis.