para dar prudencia a los simples, y a los jóvenes inteligencia y consejo.
Proverbios 3:21 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Hijo mío, no se aparten de tus ojos; guarda la sabiduría y el consejo; Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la ley y el consejo, Biblia Nueva Traducción Viviente Hijo mío, no pierdas de vista el sentido común ni el discernimiento. Aférrate a ellos, Biblia Católica (Latinoamericana) Actúa siempre, hijo mío, con prudencia y reflexión: es algo que no debes olvidar. La Biblia Textual 3a Edicion Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos, Guarda la prudencia y el discernimiento, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hijo mío, ten prudencia y reflexión: que no se aparten de tus ojos; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; guarda la sana sabiduría y la discreción; |
para dar prudencia a los simples, y a los jóvenes inteligencia y consejo.
Segun su antojo busca el que se desvía; en toda doctrina se envolverá.
El que posee entendimiento, ama su alma; guarda la inteligencia, para hallar el bien.
El guarda el ser a los rectos; es escudo a los que caminan perfectamente,
Conmigo está el consejo y el ser; yo soy la inteligencia; mía es la fortaleza.
Y decía Jesús a los judíos que le habían creído: Si vosotros permaneciéreis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; y las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.
El libro de esta ley nunca se apartará de tu boca; antes de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y entonces todo lo entenderás.
Pues lo que habéis oído desde el principio, sea permaneciente en vosotros. Porque si lo que habéis oído desde el principio fuere permaneciente en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.
Y la Unción que vosotros habéis recibido de él, permanece en vosotros; y no tenéis necesidad que ninguno os enseñe; mas como la Unción misma os enseña de todas cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como os ha enseñado, permaneced en él.