Si hubieren pecado contra ti (porque no hay hombre que no peque) y tú estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los cautiven y lleven a tierra enemiga, sea lejos o cerca,
Proverbios 20:9 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón; limpio estoy de mi pecado? Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi pecado? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Quién puede decir: «He limpiado mi corazón; soy puro y estoy libre de pecado»? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Quién puede decir: mi corazón es puro, estoy limpio de todo pecado? La Biblia Textual 3a Edicion ¿Quién podrá decir: Tengo la conciencia pura, Limpio estoy de mi pecado? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Quién puede decir: 'Purifiqué mi corazón, estoy limpio de mi culpa?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado? |
Si hubieren pecado contra ti (porque no hay hombre que no peque) y tú estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los cautiven y lleven a tierra enemiga, sea lejos o cerca,
Si pecaren contra ti, (pues no hay hombre que no peque,) y te airares contra ellos, y los entregares delante de sus enemigos, para que los que los tomaren los lleven cautivos a tierra de enemigos, lejos o cerca,
¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio, y que se justifique el nacido de mujer?
¿Cómo pues se justificará el hombre con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?
He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.
Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.
¿Qué pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera, porque ya hemos comprobado a judíos y a griegos, que todos están bajo pecado.
Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; mas el que me juzga, es el Señor.
Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.