Doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros,
Proverbios 17:8 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Piedra preciosa es el cohecho en ojos de sus dueños; a donde quiera que se vuelve, da prosperidad. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Piedra preciosa es el soborno para el que lo practica; Adondequiera que se vuelve, halla prosperidad. Biblia Nueva Traducción Viviente El soborno es como tener un amuleto de la suerte; ¡el que lo da, prospera! Biblia Católica (Latinoamericana) La gratificación, varita mágica para el que la usa, da resultados dondequiera que uno vaya. La Biblia Textual 3a Edicion El soborno le parece piedra mágica al que lo da: Consigue cuanto se propone. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Talismán es la dádiva para quien la hace; dondequiera que va consigue el triunfo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Piedra preciosa es el don a los ojos de quien lo posee; a dondequiera que se vuelve, prospera. |
Doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros,
Y pasó el presente delante de él; y él durmió aquella noche en el real.
Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros vasos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, y un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras.
De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta la extremidad de ellos; y no hay quien se esconda de su calor.
Ensálzate, oh SEÑOR, con tu fortaleza; cantaremos y alabaremos tu valentía.
No recibirás presente; porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de los justos.
El impío toma dádiva en secreto para pervertir las veredas del derecho.
El don del hombre le ensancha el camino, y le lleva delante de los grandes.
El presente en secreto amansa el furor, y el don en el seno, la fuerte ira.
Ciertamente la opresión hace enloquecer al sabio; y la dádiva corrompe el corazón.
Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman las dádivas, y van tras las recompensas; no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.
Porque he sabido de vuestras muchas rebeliones, y de vuestros grandes pecados, que afligen al justo, y reciben cohecho, y a los pobres en la puerta hacen perder su causa.
Para completar la maldad con sus manos, el príncipe demanda, y el juez juzga por recompensa; y el grande habla el antojo de su alma, y lo confirman.
No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos.
Y recibió David de su mano lo que le había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y he recibido tu faz.