treinta tazas de oro, otras cuatrocientas diez tazas de plata, y otros mil vasos.
Números 7:79 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y su ofrenda, un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente; Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; Biblia Nueva Traducción Viviente Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva. Biblia Católica (Latinoamericana) Ofreció una fuente de plata de ciento treinta siclos de peso, un platillo de plata de setenta siclos de peso, en siclos del Santuario, los dos llenos de flor de harina amasada en aceite para la oblación;' La Biblia Textual 3a Edicion Su ofrenda fue: una fuente de plata de ciento treinta siclos de peso, un tazón de plata de setenta siclos, según el siclo del Santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda vegetal, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Su ofrenda consistía en una fuente de plata de ciento treinta siclos de peso y una escudilla de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambas llenas de flor de harina amasada con aceite, para la oblación; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente; |
treinta tazas de oro, otras cuatrocientas diez tazas de plata, y otros mil vasos.
Y ésta es la cuenta de ellos: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veintinueve cuchillos,
Belsasar, con el gusto del vino, mandó que trajesen los vasos de oro y de plata que Nabucodonosor su padre había traído del Templo de Jerusalén; para que bebiesen con ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas.
Y ella, instruida primero por su madre, dijo: Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista.