Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta los infiernos serás abajada; porque si en los de Sodoma fueran hechas las maravillas que han sido hechas en ti, hubiera quedado hasta el día de hoy.
Mateo 8:5 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Jesús regresó a Capernaúm, un oficial romano se le acercó y le rogó: Biblia Católica (Latinoamericana) Al entrar Jesús en Cafarnaún, se le acercó un capitán de la guardia, suplicándole: La Biblia Textual 3a Edicion Cuando Él entró en Cafarnaum, se le acercó un centurión, rogándole y diciendo: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando entró en Cafarnaún se le acercó un centurión y le suplicó: ' Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y entrando Jesús en Capernaúm, vino a Él un centurión, rogándole, |
Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta los infiernos serás abajada; porque si en los de Sodoma fueran hechas las maravillas que han sido hechas en ti, hubiera quedado hasta el día de hoy.
Y el centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, diciendo: Verdaderamente Hijo de Dios era éste.
y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y de Neftalí:
Entonces entrando en un barco, pasó al otro lado, y vino a su ciudad.
Y el centurión que estaba delante de él, viendo que había expirado así clamando, dijo: Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.
Y entró otra vez en Capernaum después de algunos días, y se oyó que estaba en casa.
Y como le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un hombre romano sin ser condenado?
Y Pablo, llamando a uno de los centuriones, dice: Lleva a este joven al tribuno, porque tiene cierto aviso que darle.
Y llamados dos centuriones, les mandó que apercibiesen doscientos soldados, que fuesen hasta Cesarea, y setenta de a caballo con los doscientos lanceros , que lo acompañasen desde la hora tercera de la noche.
Y soplando el austro, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban, alzando velas , tenían cerca la costa de Creta.
Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no se quedan en la nave, vosotros no podéis salvaros.
Mas el centurión, queriendo salvar a Pablo, estorbó este acuerdo, y mandó que los que pudiesen nadar, se echasen los primeros, y saliesen a tierra;
Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No te detengas en venir hasta nosotros.