Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y le puso en el altar sobre la leña.
Mateo 27:2 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, presidente. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego, lo ataron, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador romano. Biblia Católica (Latinoamericana) Luego lo ataron y lo llevaron para entregárselo a Pilato, el gobernador. La Biblia Textual 3a Edicion Y habiéndolo atado, lo llevaron y lo entregaron a° Pilato, el procurador. Biblia Serafín de Ausejo 1975 lo ataron y lo llevaron y entregaron al procurador Pilato. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador. |
Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y le puso en el altar sobre la leña.
y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, y azoten, y cuelguen en un madero; mas al tercer día resucitará.
Y si esto fuere oído del gobernador, nosotros le persuadiremos, y os haremos seguros.
Y en este mismo tiempo estaban allí unos que le contaban acerca de los galileos, cuya sangre Pilato había mezclado con sus sacrificios.
Y acechándole enviaron espías que se simulasen justos, para sorprenderle en palabras, para que le entregasen al principado y a la potestad del gobernador.
Levantándose entonces toda la multitud de ellos, le llevaron a Pilato.
Y fueron hechos amigos entre sí Pilato y Herodes en el mismo día; porque antes eran enemigos entre sí.
Y en el año quince del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia,
Entonces la compañía de los soldados y el tribuno, y los ministros de los judíos, prendieron a Jesús y le ataron.
Y llevaron a Jesús de Caifás al pretorio; y era por la mañana; y ellos no entraron en el pretorio para no ser contaminados, sino que comiesen el cordero de la pascua.
Y cuando Herodes le había de sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, preso con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta, que guardaban la cárcel.
Entonces llegando el tribuno, le prendió, y le mandó atar con dos cadenas; y preguntó quién era, y qué había hecho.
Y como le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un hombre romano sin ser condenado?
Así que, luego se apartaron de él los que le habían de atormentar; y aun el tribuno también tuvo temor, entendido que era romano, por haberle atado.
Pero al cabo de dos años recibió Félix por sucesor a Porcio Festo; y queriendo Félix ganar la gracia de los judíos, dejó preso a Pablo.
Así que, por esta causa, os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy rodeado de esta cadena.
El Dios de Abraham, y de Isaac, y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado a su Hijo Jesús, al cual vosotros entregasteis, y negasteis delante de Pilato, juzgando él que había de ser suelto.
Porque verdaderamente se juntaron (en esta ciudad) contra tu santo siervo Jesús, al cual ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y los pueblos de Israel,
y demandó de él letras para Damasco a las sinagogas, para que si hallase algunos hombres o mujeres de este camino, los trajese presos a Jerusalén.
Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que testificó la buena profesión delante de Poncio Pilato,
en el que sufro trabajo, hasta las prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa.
Acordaos de los presos como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como también vosotros mismos sois del cuerpo.
Ellos entonces le dijeron: Nosotros hemos venido para prenderte, y entregarte en mano de los filisteos. Y Sansón les respondió: Juradme que vosotros no me mataréis.