Carga del valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que toda tú te has subido sobre los tejados?
Mateo 10:27 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Lo que os digo en tinieblas, decidlo en luz; y lo que oís al oído, predicadlo desde los terrados. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. Biblia Nueva Traducción Viviente Lo que ahora les digo en la oscuridad, grítenlo por todas partes cuando llegue el amanecer. Lo que les susurro al oído, grítenlo desde las azoteas, para que todos lo escuchen. Biblia Católica (Latinoamericana) Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo ustedes a la luz, y lo que les digo en privado, proclámenlo desde las azoteas. La Biblia Textual 3a Edicion Lo que os digo en la oscuridad decidlo en la luz, y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a plena luz, lo que escucháis al oído, pregonadlo desde las terrazas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. |
Carga del valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que toda tú te has subido sobre los tejados?
Por tanto, las cosas que dijisteis en tinieblas, a la luz serán oídas; y lo que hablasteis al oído en los aposentos, será pregonado en los tejados.
Y él dijo: A vosotros es dado conocer los misterios del Reino de Dios; mas a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.
Pero cuando viniere aquel Espíritu de Verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir.
Estas cosas os he hablado en proverbios; la hora viene cuando ya no os hablaré por proverbios, pero claramente os anunciaré de mi Padre.
Le dicen sus discípulos: He aquí, ahora hablas claramente, y ningún proverbio dices.
Así que, disputaba en la sinagoga con los judíos y con los que adoraban; y en la plaza cada día con los que le ocurrían.
Id, y estando en el Templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida.
diciendo: ¿No os denunciamos estrechamente, que no enseñaseis en este nombre? Y he aquí, habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de este hombre.