y oyó sus palabras el rey Joacim, y todos sus valientes, y todos sus príncipes, y el rey procuró matarle; lo cual entendiendo Urías, tuvo temor, y huyó, y se metió en Egipto.
Mateo 10:23 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Mas cuando os persiguieren en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de andar todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del hombre. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando los persigan en una ciudad, huyan a la siguiente. Les digo la verdad, el Hijo del Hombre regresará antes de que hayan llegado a todas las ciudades de Israel. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. En verdad les digo: no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo: No terminaréis de recorrer° las ciudades de Israel, hasta que venga el Hijo del Hombre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando os persigan en una ciudad huid a otra; porque os aseguro: antes de que acabéis de recorrer las ciudades de Israel vendrá el Hijo del hombre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando os persiguieren en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo: No acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, sin que haya venido el Hijo del Hombre. |
y oyó sus palabras el rey Joacim, y todos sus valientes, y todos sus príncipes, y el rey procuró matarle; lo cual entendiendo Urías, tuvo temor, y huyó, y se metió en Egipto.
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
De cierto os digo: hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino.
Y partidos ellos, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños a José, diciendo: Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te lo diga; porque ha de acontecer, que Herodes buscará al niño para matarlo.
Por tanto, he aquí, yo envío a vosotros profetas, y sabios, y escribas; y de ellos, a unos mataréis y colgaréis de un madero, y a otros de ellos azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad.
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre.
Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria.
De cierto os digo, que no pasará esta edad, que todas estas cosas no acontezcan.
Y si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor se tarda en venir;
Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir.
Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y aun os digo, que desde ahora habéis de ver al Hijo del hombre sentado a la diestra de la potencia, y que viene en las nubes del cielo.
y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en las nubes con mucha potestad y gloria.
Os digo que los defenderá presto. Pero cuando el Hijo del hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?
Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en una nube con potestad y gran gloria.
Y pasadas estas cosas andaba Jesús en Galilea; que no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle.
Entonces los hermanos, luego de noche, enviaron a Pablo y a Silas a Berea; los cuales habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos.
Pero luego los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí.
Y después que cesó el alboroto, llamando Pablo a los discípulos, habiéndoles exhortado y abrazado, se despidió, y salió para ir a Macedonia.
Y Saulo consentía en su muerte. Y en aquel día se hizo una gran persecución en la Iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.