He anunciado justicia en grande congregación; he aquí, no detuve mis labios, SEÑOR, tú lo sabes.
Marcos 2:2 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y luego se juntaron a él muchos, que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la Palabra. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Biblia Nueva Traducción Viviente Pronto la casa donde se hospedaba estaba tan llena de visitas que no había lugar ni siquiera frente a la puerta. Mientras él les predicaba la palabra de Dios, Biblia Católica (Latinoamericana) se reunió tanta gente que no quedaba sitio ni siquiera a la puerta. La Biblia Textual 3a Edicion Y se reunieron muchos, de modo que ya no había sitio ni aun frente a la puerta; y Él les hablaba la palabra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se reunió tanta gente que ni siquiera cabían delante de la puerta; y él les dirigía la palabra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) E inmediatamente se juntaron muchos, tanto que ya no había lugar, ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. |
He anunciado justicia en grande congregación; he aquí, no detuve mis labios, SEÑOR, tú lo sabes.
Mas después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea, predicando el Evangelio del Reino de Dios,
Mas él salido, comenzó a publicarlo mucho, y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar manifiestamente en la ciudad, sino que estaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.
Y entró otra vez en Capernaum después de algunos días, y se oyó que estaba en casa.
Y volvió a salir al mar, y toda la multitud venía a él, y les enseñaba.
Y saliendo Jesús vio gran multitud, y tuvo misericordia de ellos, porque eran como ovejas sin pastor; y les comenzó a enseñar muchas cosas.
En esto, juntándose muchos acompañantes, tanto que unos a otros se pisaban, comenzó a decir a sus discípulos: Primeramente guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
Y aconteció un día, que él estaba enseñando, y los fariseos y doctores de la ley estaban sentados, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y la virtud del Señor estaba allí para sanarlos.
Y aconteció después, que él caminaba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el Evangelio del Reino de Dios, y los doce con él,
Y los que habían sido esparcidos por causa de la tribulación que sobrevino en tiempo de Esteban, anduvieron hasta Fenicia, y Chipre, y Antioquía, no hablando a nadie la Palabra, sino sólo a los judíos.
Y pasando a Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la Palabra en Asia.
Y ellos, habiendo testificado y hablado la Palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas tierras de los samaritanos anunciaron el Evangelio.
Mas ¿qué dice? Cercana está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe, la cual predicamos:
Que prediques la Palabra; que apresures a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende duramente ; exhorta con toda paciencia y doctrina.