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Lucas 24:39 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.

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Biblia Reina Valera 1960

Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Miren mis manos. Miren mis pies. Pueden ver que de veras soy yo. Tóquenme y asegúrense de que no soy un fantasma, pues los fantasmas no tienen cuerpo, como ven que yo tengo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Miren mis manos y mis pies: soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que yo tengo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Ved mis manos y mis pies, que Yo mismo soy; palpadme y ved, pues un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que Yo tengo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y vedme, porque un espíritu no tiene carne y huesos, como estáis viendo que los tengo yo '.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpadme y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.

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Lucas 24:39
12 Cross References  

y el polvo se torne a la tierra, como era antes , y el espíritu se vuelva a Dios que lo dio.


Y ellos se echaron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un varón el que pecó? ¿Y te airarás contra toda la congregación?


Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, dió el espíritu.


Mas él les dice: ¿Por qué estáis turbados, y suben pensamientos a vuestros corazones?


Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies.


Y habiendo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los discípulos se gozaron viendo al Señor.


Le dijeron pues los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Y él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.


Luego dice a Tomás: Mete tu dedo aquí, y ve mis manos; y alarga acá tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino fiel.


a los cuales, después de haber padecido, se presentó vivo en muchas pruebas, apareciéndoles por cuarenta días, y hablándoles del Reino de Dios.


Y el Dios de paz os santifique completamente; para que vuestro espíritu, alma y cuerpo sea guardado entero sin reprensión para la venida del Señor nuestro, Jesús, el Cristo.


Además, tuvimos por castigadores a los padres de nuestra carne, y los reverenciábamos: ¿por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?


Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado bien , y nuestras manos han tocado de la Palabra de vida;