Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Levítico 9:10 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y el sebo y riñones y redaño del hígado, de la expiación, hizo perfume, como el SEÑOR lo había mandado a Moisés. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 E hizo arder sobre el altar la grosura con los riñones y la grosura del hígado de la expiación, como Jehová lo había mandado a Moisés. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego quemó sobre el altar la grasa, los riñones y el lóbulo largo del hígado de la ofrenda por el pecado, tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Biblia Católica (Latinoamericana) Quemó luego la grasa sobre el altar junto con los riñones y la telilla del hígado de la víctima por el pecado, como Yavé había mandado a Moisés, La Biblia Textual 3a Edicion Después hizo quemar sobre el altar la grasa, los riñones y la grasa del hígado de la ofrenda por el pecado, tal como YHVH había ordenado a Moisés, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quemó en el altar la grasa, los riñones y el lóbulo del hígado de la víctima de expiación, como lo había mandado Yahveh a Moisés. Biblia Reina Valera Gómez (2023) E hizo arder sobre el altar la grosura y los riñones y el redaño del hígado de la expiación, como Jehová lo había mandado a Moisés. |
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Tomarás también todo el sebo que cubre los intestinos, y el redaño de sobre el hígado, y los dos riñones, y el sebo que está sobre ellos, y los quemarás sobre el altar.
Con todo eso, el SEÑOR lo quiso moler, sujetándole a padecimiento. Cuando hubiere puesto su alma por expiación, verá linaje, vivirá por largos días; y la voluntad del SEÑOR será en su mano prosperada.
Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita en eternidad, y cuyo nombre es El Santo, que tengo por morada la altura y la santidad; y con el quebrantado y abatido de espíritu habito , para hacer vivir el espíritu de los abatidos, y para hacer vivir el corazón de los quebrantados.
Mi mano hizo todas estas cosas, y por ella todas estas cosas fueron, dijo el SEÑOR; a aquél pues miraré que es pobre y abatido de espíritu, y que tiembla a mi palabra.
Y los hijos de Aarón le trajeron la sangre; y él mojó su dedo en la sangre, y puso sobre los cuernos del altar, y derramó la demás sangre al cimiento del altar;