Y si el holocausto se hubiere de ofrecer al SEÑOR de aves, presentará su ofrenda de tórtolas, o de palominos.
Levítico 15:14 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y el octavo día tomará dos tórtolas, o dos palominos, y vendrá delante del SEÑOR a la puerta del tabernáculo del testimonio, y los dará al sacerdote; Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y el octavo día tomará dos tórtolas o dos palominos, y vendrá delante de Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión, y los dará al sacerdote; Biblia Nueva Traducción Viviente Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones de paloma e irá ante el Señor a la entrada del tabernáculo y dará sus ofrendas al sacerdote. Biblia Católica (Latinoamericana) Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones y se presentará ante Yavé a la entrada de la Tienda de las Citas para entregarlos al sacerdote. La Biblia Textual 3a Edicion Al octavo día tomará dos tórtolas o dos palominos, y comparecerá ante YHVH, a la entrada de la Tienda de Reunión, y los entregará al sacerdote. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El octavo día, tomará dos tórtolas o dos pichones, se presentará delante de Yahveh a la entrada de la tienda del encuentro y se los entregará al sacerdote, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el octavo día tomará dos tórtolas, o dos palominos, y vendrá delante de Jehová a la puerta del tabernáculo de la congregación, y los dará al sacerdote: |
Y si el holocausto se hubiere de ofrecer al SEÑOR de aves, presentará su ofrenda de tórtolas, o de palominos.
Y cuando los días de su purgación fueren cumplidos, por hijo o por hija, traerá un cordero de un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del tabernáculo del testimonio, al sacerdote;
Y si no tiene lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto, y otro para expiación; y la reconciliará el sacerdote, y será limpia.
Y el día octavo traerá dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la puerta del tabernáculo del testimonio;
Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
En esa voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesús, el Cristo, hecha UNA VEZ.
pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado a la diestra de Dios,
porque con una sola ofrenda hizo consumados para siempre a los santificados.
Porque tal Sumo Sacerdote nos convenía tener: Santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos.