Tener acepción de personas en el juicio , no es bueno; hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.
Jueces 18:4 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y él les respondió: De esta y de esta manera ha hecho conmigo Micaía, y me ha tomado para que sea su sacerdote. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Él les respondió: De esta y de esta manera ha hecho conmigo Micaía, y me ha tomado para que sea su sacerdote. Biblia Nueva Traducción Viviente Él les contó de su acuerdo con Micaía, quien lo había contratado como su sacerdote personal. Biblia Católica (Latinoamericana) Les respondió: 'Micá hizo esto y eso por mí, me paga y yo le sirvo como sacerdote'. La Biblia Textual 3a Edicion Y él les respondió: Esto y aquello ha tratado Micah conmigo, y me ha tomado a sueldo para que sea su sacerdote. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él les respondió: 'Esto y lo otro ha hecho Micá por mí: me ha tomado a sueldo para que sea su sacerdote'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él les respondió: De esta y de esta manera ha hecho conmigo Micaía, y me ha tomado para que sea su sacerdote. |
Tener acepción de personas en el juicio , no es bueno; hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.
Y esos perros ansiosos son insaciables; y los mismos pastores no supieron entender; todos ellos miran a sus caminos, cada uno a su provecho, cada uno por su cabo.
¿Y habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando las almas que no deben morir, y dando vida a las almas que no deben vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira?
¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o attiende el fuego de mi altar de balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dijo el SEÑOR de los ejércitos, ni de vuestra mano me será agradable el presente.
no dado al vino, no heridor, no codicioso de ganancias deshonestas, sino moderado, no litigioso, ajeno de avaricia;
A los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras; enseñando lo que no conviene, por ganancia deshonesta.
y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas, sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se duerme.
Entonces Micaía le dijo: Quédate en mi casa, y me serás en lugar de padre y sacerdote; y yo te daré diez siclos de plata por año, y el ordinario de vestidos, y tu comida. Y el levita se quedó.
Y Micaía consagró al levita, y aquel joven le servía de sacerdote, y estaba en casa de Micaía.
Y cuando estaban cerca de la casa de Micaía, reconocieron el acento de la voz del joven levita; y llegándose allá, le dijeron: ¿Quién te ha traído por acá? ¿Y qué haces aquí? ¿Y qué tienes tú por aquí?
Y ellos le dijeron: Pregunta, pues, ahora a Dios, para que sepamos si ha de prosperar nuestro viaje que hacemos.