He aquí mi siervo, me reclinaré sobre él; escogido mío, en quien mi alma toma contentamiento; puse mi Espíritu sobre él, dará juicio a los gentiles.
Juan 8:29 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre; porque yo, lo que a él agrada, hago siempre. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada. Biblia Nueva Traducción Viviente Y el que me envió está conmigo, no me ha abandonado. Pues siempre hago lo que a él le agrada». Biblia Católica (Latinoamericana) El que me ha enviado está conmigo y no me deja nunca solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él. La Biblia Textual 3a Edicion Y el que me envió está conmigo. No me dejó solo,° porque Yo hago siempre lo que le agrada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Conmigo está el que me ha enviado: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que es de su agrado'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el que me envió, está conmigo; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada. |
He aquí mi siervo, me reclinaré sobre él; escogido mío, en quien mi alma toma contentamiento; puse mi Espíritu sobre él, dará juicio a los gentiles.
El SEÑOR celoso por su justicia, magnificará la ley y la engrandecerá.
Yo, el SEÑOR, te llamé en justicia, y por tu mano te tendré; te guardaré y te pondré por alianza del pueblo, por luz de los gentiles;
Y estando aún él hablando, he aquí una nube de luz que los cubrió; y una voz de la nube, que dijo: Este es mi Hijo amado, en el cual tomo contentamiento; a El oíd.
Pero respondiendo Jesús le dijo: Deja ahora; porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces le dejó.
Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento.
Pero para que conozca el mundo que amo al Padre, y como el Padre me dio el mandamiento, así hago. Levantaos, vamos de aquí,
Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanesco en su amor.
He aquí, la hora viene, y ya es venida, que seréis esparcidos cada uno por su cabo, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Yo te he clarificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
Les dice Jesús: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
No puedo yo de mí mismo hacer nada; como oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, del Padre.
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy solo, sino yo y el que me envió, el Padre.
Mas el Señor me ayudó, y me esforzó para que por mí fuese cumplida la predicación, y todos los gentiles oyesen; y fui librado de la boca del león.
El Señor Jesús, el Cristo, sea con tu espíritu. La Gracia sea con vosotros. Amén.
Porque no tenemos Sumo Sacerdote que no se pueda compadecer de nuestras flaquezas; mas tentado en todo según nuestra semejanza, PERO SIN PECADO.
Porque tal Sumo Sacerdote nos convenía tener: Santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos.
Hijitos míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, Abogado tenemos delante del Padre, a Jesús, el Cristo Justo;
y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.