Mas Abisai hijo de Sarvia le socorrió, e hirió al filisteo, y lo mató. Entonces los varones de David le juraron, diciendo: Nunca más de aquí adelante saldrás con nosotros a batalla, para que no apagues la lámpara de Israel.
Juan 5:35 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras El era lámpara que ardía y alumbraba; mas vosotros quisisteis recrearos por una hora a su luz. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. Biblia Nueva Traducción Viviente Juan era como una lámpara que ardía y brillaba, y ustedes se entusiasmaron con su mensaje durante un tiempo; Biblia Católica (Latinoamericana) Juan era una antorcha que ardía e iluminaba, y ustedes por un tiempo se sintieron a gusto con su luz. La Biblia Textual 3a Edicion Él era la antorcha que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo° en su luz. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Juan era la lámpara que arde y que ilumina, aunque vosotros sólo por un momento quisisteis gozar de su luz.' Biblia Reina Valera Gómez (2023) Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. |
Mas Abisai hijo de Sarvia le socorrió, e hirió al filisteo, y lo mató. Entonces los varones de David le juraron, diciendo: Nunca más de aquí adelante saldrás con nosotros a batalla, para que no apagues la lámpara de Israel.
y veían los hijos de Israel el rostro de Moisés, que la tez de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con El.
Y vendrán a ti como viene el pueblo, y se estarán delante de ti, mi pueblo, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia.
Y los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.
De cierto os digo, que no se levantó entre los que nacen de mujer otro mayor que Juan el Bautista; mas el que es más pequeño en el Reino de los cielos, mayor es que él.
Y si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta.
Y salía a él toda la provincia de Judea, y los de Jerusalén; y eran todos, bautizados por él en el río del Jordán, confesando sus pecados.
porque Herodes temía a Juan, conociéndolo varón justo y santo; y le tenía respeto; y escuchándole, hacía muchas cosas; y le oía de buena gana.
Porque os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; mas el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él.
Después de esto, muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.
Tenemos también la palabra de los profetas más firme, a la cual hacéis bien de estar atentos como a una lámpara que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.