Porque tú eres mi esperanza, Señor DIOS; seguridad mía desde mi juventud.
Jeremías 50:7 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Todos los que los hallaban, los comían; y decían sus enemigos: No pecaremos, porque ellos pecaron contra el SEÑOR morada de justicia, el SEÑOR, esperanza de sus padres. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Todos los que los hallaban, los devoraban; y decían sus enemigos: No pecaremos, porque ellos pecaron contra Jehová morada de justicia, contra Jehová esperanza de sus padres. Biblia Nueva Traducción Viviente Todos los que los encontraban los devoraban. Sus enemigos decían: “No hicimos nada malo al atacarlos porque ellos pecaron contra el Señor, quien es su verdadero lugar de descanso y la esperanza de sus antepasados”. Biblia Católica (Latinoamericana) Todo el que los encontraba los devoraba,
y sus enemigos decían: No corremos riesgos,
pues pecaron contra Yavé,
morada segura en el que confiaban sus padres. La Biblia Textual 3a Edicion Cuantos los hallaban, los devoraban. Sus enemigos decían: No hacemos mal, porque han pecado contra YHVH, morada de justicia; sí, contra YHVH, esperanza de sus padres. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuantos las hallaban las devoraban, y sus enemigos decían: 'No tenemos culpa, porque pecaron contra Yahveh, Yahveh, pastizal de justicia y esperanza de sus padres'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Todos los que los hallaban, los devoraban; y decían sus enemigos: No ofendemos, porque ellos han pecado contra Jehová, morada de justicia, contra Jehová, la esperanza de sus padres. |
Porque tú eres mi esperanza, Señor DIOS; seguridad mía desde mi juventud.
Oración de Moisés Varón de Dios. Señor, tú nos has sido refugio en generación y en generación.
El que habita en el escondedero del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.
Me enojé contra mi pueblo, profané mi heredad, y los entregué en tu mano; no les hiciste misericordias; sobre el viejo agravaste mucho tu yugo.
Todas las bestias del campo, todas las bestias del monte, venid a devorar.
por delante los sirios, y por las espaldas los filisteos; y con toda la boca se tragarán a Israel. Ni con todo eso cesará su furor, antes todavía su mano está extendida.
Derrama tu enojo sobre los gentiles que no te conocen, y sobre las naciones que no invocan tu Nombre; porque se comieron a Jacob, y lo devoraron, y le han consumido, y su morada destruyeron.
Oh esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción, ¿por qué has de ser como peregrino en la tierra, y como caminante que se aparta para tener la noche?
¡Oh esperanza de Israel! SEÑOR, todos los que te dejan, serán avergonzados; y los que de mí se apartan, serán escritos en el polvo; porque dejaron la vena de aguas vivas, al SEÑOR.
Santidad era Israel al SEÑOR, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le devoran pecarán; mal vendrá sobre ellos, dice el SEÑOR.
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: Aun dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo convertiré su cautiverio: el SEÑOR te bendiga, oh Morada de justicia y monte de santidad.
En aquellos días y en aquel tiempo haré producir a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.
En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará seguramente, y se le llamará: EL SEÑOR, justicia nuestra.
Y comerá tu mies y tu pan, que habían de comer tus hijos y tus hijas; comerá tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras; y tus ciudades fuertes en que tú confías, tornará en nada a cuchillo.
Apercibíos contra Babilonia alrededor, todos los que entesáis arco; tirad contra ella, no escatiméis las saetas; porque pecó contra el SEÑOR.
Ganado descarriado ha sido Israel; leones lo amontonaron; el rey de Asiria lo devoró el primero; este Nabucodonosor rey de Babilonia lo deshuesó el postrero.
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Oprimidos fueron los hijos de Israel y los hijos de Judá juntamente; y todos los que los tomaron cautivos, se los retuvieron; no los quisieron soltar.
y están derramadas por falta de pastor; y fueron para ser comidas de toda bestia del campo, y fueron esparcidas.
Y sabrás que yo, el SEÑOR, he oído todas tus injurias que proferiste contra los montes de Israel, diciendo: Destruidos son, nos son dados a devorar.
Oh Señor, según todas tus justicias, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y todo tu pueblo es dado en vergüenza a todos nuestros alrededores.
No hemos escuchado a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, y a nuestros príncipes, a nuestros padres, y a todo el pueblo de la tierra.
Y con gran enojo estoy airado contra los gentiles que están reposados; porque yo estaba enojado un poco, y ellos ayudaron para el mal.
a las cuales mataban sus compradores, y no se tenían por culpables; y el que las vendía, decía: Bendito sea el SEÑOR, porque he enriquecido; ni sus pastores tenían piedad de ellas.
Pablo, apóstol de Jesús, el Cristo, por mandamiento del Dios salvador nuestro, y del Señor Jesús, el Cristo, esperanza nuestra.