He aquí yo contra ti, moradora del valle de la piedra de la llanura, dice el SEÑOR: los que decís: ¿Quién subirá contra nosotros? ¿Y quién entrará en nuestras moradas?
Jeremías 22:23 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Habitaste en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros, ¡cómo gemirás cuando te vinieren dolores, dolor como de mujer que está de parto! Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Habitaste en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vinieren dolores, dolor como de mujer que está de parto! Biblia Nueva Traducción Viviente Puede que sea lindo vivir en un palacio magnífico, recubierto con madera de cedros del Líbano, pero pronto gemirás con punzadas de angustia, angustia como la de una mujer con dolores de parto. Biblia Católica (Latinoamericana) Tú, que hiciste tu casa en el Líbano, que anidabas entre los cedros, ¡cómo te irás a quejar cuando sientas dolores y angustias como de una mujer que da a luz! La Biblia Textual 3a Edicion Oh moradora del Líbano, Que haces tu nido en los cedros, ¡Cuán lastimosa serás cuando te acometan las angustias, Los dolores como de parturienta! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú, que moras en el Líbano y anidas en los cedros, ¡cómo gemirás cuando te lleguen los dolores, los retorcimientos como de parturienta! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Oh habitante del Líbano, que haces tu nido en los cedros: ¡Cómo gemirás cuando te vengan los dolores, dolores como de mujer que está de parto! |
He aquí yo contra ti, moradora del valle de la piedra de la llanura, dice el SEÑOR: los que decís: ¿Quién subirá contra nosotros? ¿Y quién entrará en nuestras moradas?
Porque así dijo el SEÑOR sobre la casa del rey de Judá: Galaad tú a mí, oh cabeza del Líbano; si yo no te pusiere en soledad, y ciudades inhabitables.
Voz sobre las alturas fue oída, llanto de los ruegos de los hijos de Israel; porque han torcido su camino, del SEÑOR su Dios se han olvidado.
Desamparad las ciudades, y habitad en peñascos, oh moradores de Moab; y sed como la paloma que hace nido detrás de la boca de la caverna.
Tu arrogancia te engañó, y la soberbia de tu corazón, tú que habitas en cavernas de peñas, que tienes la altura del monte; aunque alces como águila tu nido, de allí te haré descender, dijo el SEÑOR.
Su fama oímos, y nuestras manos se descoyuntaron; se apoderó de nosotros angustia, dolor como de mujer que está de parto.
Y dirás: Así dijo el Señor DIOS: Una gran águila, de grandes alas y de largos miembros, llena de plumas de diversos colores, vino al Líbano, y tomó el cogollo del cedro:
Andaré, y tornaré a mi lugar, hasta que conozcan su pecado, y busquen mi rostro. En su angustia madrugarán a mí.
Y no clamaron a mí con su corazón cuando aullaron sobre sus camas; para el trigo y el mosto se congregaron; se rebelaron contra mí.
Aunque cavasen hasta el infierno, de allá los tomará mi mano; y si subieren hasta el cielo, de allá los haré descender.
Si te encaramares como águila, y si entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dijo el SEÑOR.
¡Ay del que codicia ganancia mal habida por violencia para su casa, por poner en alto su nido, por escaparse del poder del mal!
Y viendo al ceneo, tomó su parábola, y dijo: Fuerte es tu habitación, pon en la peña tu nido;