No tuvo, pues , memoria el rey Joás de la misericordia que su padre Joiada había hecho con él, antes le mató su hijo; el cual dijo al morir: El SEÑOR lo vea, y lo requiera.
Jeremías 20:12 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Oh SEÑOR de los ejércitos, que examinas lo justo, que ves los riñones y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he descubierto mi causa. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he encomendado mi causa. Biblia Nueva Traducción Viviente Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, tú pruebas a los justos y examinas los secretos y los pensamientos más profundos. Permíteme ver tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé, Señor, tus ojos están pendientes del hombre justo. Tú conoces las conciencias y los corazones, haz que vea cuando te desquites de ellos, porque a ti he confiado mi defensa. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Oh YHVH Sebaot, que pruebas al justo, escudriñando los riñones y el corazón! Haz que vea tu venganza en ellos, Porque a ti he expuesto mi causa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh Sebaot, juez justo, que sondeas el corazón y las entrañas, vea yo tu venganza contra ellos, pues a ti encomiendo mi causa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza en ellos; porque a ti he expuesto mi causa. |
No tuvo, pues , memoria el rey Joás de la misericordia que su padre Joiada había hecho con él, antes le mató su hijo; el cual dijo al morir: El SEÑOR lo vea, y lo requiera.
El SEÑOR prueba al justo; pero al malo y al que ama la rapiña, su alma aborrece.
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos;
Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has refinado, y nada inicuo hallaste; lo que pensé, no pasó mi boca.
Porque me ha librado de toda angustia, y sobre mis enemigos vieron mis ojos el deseo de El .
Se alegrará el justo cuando viere la venganza; sus pies lavará en la sangre del impío.
El Dios de mi misericordia me encontará en el camino ; Dios me hará ver en mis enemigos mi deseo .
Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro amparo. (Selah.)
Consuma ahora mal a los malos, y establece al justo; pues el Dios justo es el que prueba los corazones y los riñones.
Alegra el alma de tu siervo; porque a ti, oh Señor, levanto mi alma.
Y tomó Ezequías las cartas de mano de los mensajeros, y las leyó; y subió a la Casa del SEÑOR, y las extendió delante del SEÑOR.
Como la grulla, y como la golondrina me quejaba; gemía como la paloma; alzaba en lo alto mis ojos: Señor, violencia padezco; confórtame.
Mas, oh SEÑOR de los ejércitos, que juzgas justicia, que pruebas los riñones y el corazón, vea yo tu venganza en ellos; porque a ti he descubierto mi causa.
Fue para mí mi heredad como león en breña; contra mí dio su voz; por tanto la aborrecí.
Yo soy el SEÑOR, que escudriño el corazón, que pruebo los riñones, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
Avergüéncense los que me persiguen, y no me avergüence yo; asómbrense ellos, y no me asombre yo; trae sobre ellos día malo, y quebrántalos con doble quebrantamiento.
quien cuando le maldecían no retornaba maldición, y cuando padecía, no amenazaba, sino remitía la causa al que juzga justamente;
Y por eso los que son afligidos según la voluntad de Dios, encomiéndenle sus almas, como a fiel Criador, haciendo bien.
Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles, y profetas; porque Dios ha juzgado vuestra causa sobre ella.
y mataré a sus hijos con muerte; y todas las Iglesias sabrán que YO SOY el que escudriño los riñones y los corazones; y daré a cada uno de vosotros según sus obras.
Y clamaban a alta voz diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, Santo y Verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra?
Y Ana le respondió, diciendo: No, señor mío; mas yo soy una mujer acongojada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante del SEÑOR.