Y le dijo: Ven, bendito del SEÑOR; ¿por qué estás fuera? Yo he limpiado la casa, y el lugar para los camellos.
Génesis 37:11 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre miraba el asunto. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, mientras los hermanos de José tenían celos de él, su padre estaba intrigado por el significado de los sueños. Biblia Católica (Latinoamericana) Sus hermanos se pusieron envidiosos con él, mientras que su padre conservaba esto en la memoria. La Biblia Textual 3a Edicion Y sus hermanos le tenían envidia,° pero su padre meditaba° en el asunto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sus hermanos le cobraron envidia, pero su padre rumiaba aquellas palabras. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre guardaba aquellas palabras. |
Y le dijo: Ven, bendito del SEÑOR; ¿por qué estás fuera? Yo he limpiado la casa, y el lugar para los camellos.
Y fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem.
Entonces se acordó José de los sueños que había soñado de ellos, y les dijo: Espías sois; por ver lo descubierto de la tierra habéis venido.
Tomaron después celo contra Moisés en el campamento, y contra Aarón el santo del SEÑOR.
He visto asimismo que todo trabajo y toda rectitud de obras mueve la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán talados. Efraín no tendrá envidia contra Judá, ni Judá afligirá a Efraín;
SEÑOR, cuando se levante tu mano, no verán; verán al cabo, y se avergonzarán con celo del pueblo. Y a tus enemigos fuego los consumirá.
Hasta aquí fue el fin de la palabra. Yo Daniel, mucho me turbaron mis pensamientos, y mi rostro se me mudó; mas la palabra la guardé en mi corazón.
Porque conocía que por envidia le habían entregado los príncipes de los sacerdotes.
Y descendió con ellos, y vino a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
Pero los judíos, vista la multitud, se llenaron de celo, y se oponían a lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando.
Y los patriarcas, movidos de envidia, vendieron a José para Egipto; mas Dios era con él;
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
Porque también éramos nosotros locos en otro tiempo, rebeldes, errados, sirviendo a las concupiscencias y los deleites diversos, viviendo en malicia y en envidia, aborrecibles, aborreciéndonos los unos a los otros.
¿Pensáis que la Escritura lo dice sin causa, El espíritu que mora en vosotros codicia para envidia?
Y se enojó Saúl en gran manera, y desagradó esta palabra en sus ojos, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino.