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Génesis 32:12 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

Y tú has dicho: Yo te haré bien, y pondré tu simiente como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero tú me prometiste: “Ciertamente te trataré con bondad y multiplicaré tus descendientes hasta que lleguen a ser tan numerosos como la arena a la orilla del mar, imposibles de contar”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Líbrame de las manos de mi hermano, de las manos de Esaú; no sea que que venga y mate a todos, a la madre con sus hijos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero Tú mismo dijiste: De cierto te haré bien y pondré tu descendencia como la arena del mar,° que por ser tanta no se puede contar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, pues temo que llegue y me ataque, y no perdone a la madre ni a los hijos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y tú has dicho: Ciertamente yo te haré bien, y pondré tu simiente como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.

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Génesis 32:12
14 Cross References  

bendiciendo te bendeciré, y multiplicando, multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como la arena que está a la orilla del mar; y tu simiente poseerá las puertas de sus enemigos:


Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él.


Los de Judá y de Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo y bebiendo y alegrándose.


Acuérdate de Abraham, de Isaac, y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra simiente como las estrellas del cielo; y daré a vuestra simiente toda esta tierra que he dicho, y la tomarán por heredad para siempre.


Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que ni se puede medir ni contar. Y será, que donde se les decía: Vosotros no sois mi pueblo, les sea dicho: Hijos del Dios Viviente.


Dios no es hombre, para que mienta; ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará?; habló, ¿y no lo ejecutará?


El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.


si fuéremos infieles, él permanece fiel; no se puede negar a sí mismo.


para la esperanza de la vida eterna, la cual prometió el Dios, que no puede mentir, antes de los tiempos de los siglos,


Por lo cual también de uno, y ese ya muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.


En lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento,


Y también el Vencedor de Israel no mentirá, ni se arrepentirá acerca de esto ; porque no es hombre para que deba arrepentirse.