Génesis 17:17 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Entonces Abraham cayó sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo ? ¿Y si Sara, ya de noventa años, ha de dar a luz? Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rio, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Abraham se postró hasta el suelo, pero se rio por dentro, incrédulo. «¿Cómo podría yo ser padre a la edad de cien años? —pensó—. ¿Y cómo podrá Sara tener un bebé a los noventa años?». Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Abrahán, agachándose hasta tocar la tierra con su cara, se puso a reír, pues pensaba: '¿Acaso le va a nacer un hijo a un hombre de cien años? ¿Y puede Sara, a sus noventa años, dar a luz?' La Biblia Textual 3a Edicion Y cayó Abraham sobre su rostro, pero se rió y dijo en su corazón: ¿A un hombre de cien años le habrá de nacer un hijo? Y Sara, ¿dará a luz con noventa años? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cayó Abrahán rostro en tierra y rompió a reír, pensando para sí: '¿A un hombre de cien años le va a nacer un hijo? ¿Dará a luz Sara a los noventa años?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Abraham cayó sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de dar a luz? |
Y Abraham y Sara eran viejos, entrados en días: y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres.
Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite? Así mismo mi señor es ya viejo.
Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reir, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo.
Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara había de dar leche a hijos? Que le he dado a luz un hijo en su vejez.
Y alzando David sus ojos, vio al ángel del SEÑOR, que estaba entre el cielo y la tierra, teniendo una espada desnuda en su mano extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio.
Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y trasquiló su cabeza, y cayendo en tierra adoró;
que parecía el arco del cielo que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria del SEÑOR. Y yo lo vi, y caí sobre mi rostro, y oí voz de uno que hablaba.
Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y caí sobre mi rostro; y él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque al tiempo señalado se cumplirá la visión.
Y salió un fuego de delante del SEÑOR, el cual consumió el holocausto y los sebos sobre el altar; y viéndolo todo el pueblo, alabaron, y cayeron sobre sus rostros.
Entonces Moisés y Aarón cayeron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel.
Y ellos se echaron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un varón el que pecó? ¿Y te airarás contra toda la congregación?
Apartaos de en medio de esta congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se echaron sobre sus rostros.
Y entrando en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, le adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron dones: oro, e incienso y mirra.
Y dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer avanzada en días.
Y me postré delante del SEÑOR, como antes, cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo vuestro pecado que habíais cometido haciendo mal en ojos del SEÑOR para enojarlo.
Y me postré delante del SEÑOR cuarenta días y cuarenta noches, como estuve postrado antes ; porque el SEÑOR dijo que os había de destruir.
Y él respondió: No; mas yo soy el Príncipe del ejército del SEÑOR; ahora he venido. Entonces Josué postrándose sobre su rostro en tierra le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?
Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca del SEÑOR hasta la tarde, él y los ancianos de Israel; echando polvo sobre sus cabezas.
Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus sillas, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,
Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro animales y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros delante del Cordero, teniendo cada uno arpas, y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos;
Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del SEÑOR subió en la llama del altar a vista de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra sobre sus rostros.