y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos los colgaron en el monte delante del SEÑOR; y murieron juntos aquellos siete, lo cuales fueron muertos en el tiempo de la siega, en los primeros días, en el principio de la siega de las cebadas.
Éxodo 9:32 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Mas el trigo y el centeno no fueron heridos; porque eran tardíos. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Mas el trigo y el centeno no fueron destrozados, porque eran tardíos. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero ni el trigo ni el trigo espelta sufrieron daño, porque todavía no habían brotado del suelo). Biblia Católica (Latinoamericana) pero el trigo y la escanda no fueron destruidos, por ser tardíos. La Biblia Textual 3a Edicion Pero el trigo y el centeno no fueron destruidos por ser tardíos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 pero ni el trigo ni el centeno, por ser tardíos, fueron dañados. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas el trigo y el centeno no fueron heridos; porque eran tardíos. |
y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos los colgaron en el monte delante del SEÑOR; y murieron juntos aquellos siete, lo cuales fueron muertos en el tiempo de la siega, en los primeros días, en el principio de la siega de las cebadas.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para traer la langosta, a fin de que suba sobre la tierra de Egipto, y consuma toda la hierba de la tierra, y todo lo que el granizo dejó.
Y extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas tres días por toda la tierra de Egipto.
la cual cubrirá la faz de la tierra, de modo que no pueda verse la tierra; y ella comerá lo que quedó salvo, lo que os ha quedado del granizo; y comerá todo árbol que os produce fruto en el campo.
El lino, pues, y la cebada fueron heridos; porque la cebada estaba ya espigada, y el lino en caña.
Y salido Moisés de la presencia de Faraón y de la ciudad, extendió sus manos al SEÑOR, y cesaron los truenos y el granizo; y la lluvia no cayó más sobre la tierra.
Después que hubiere igualado su superficie, ¿no derramará la neguilla, sembrará el comino, pondrá el trigo por su orden, y la cebada en su señal, y la avena en su término?
Y tú toma para ti trigo, y cebada, y habas, y lentejas, y millo, y avena, y ponlo en un vaso, y hazte pan de ello el número de los días que durmieres sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él.