Y salió el rey de Sodoma a recibirlo, cuando volvía de herir a Quedorlaomer y a los reyes que estaban con él, al valle de Save, que es el valle del Rey.
Éxodo 18:7 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro por la paz, y vinieron a la tienda. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y vinieron a la tienda. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Moisés salió a recibir a su suegro. Se inclinó ante él y le dio un beso. Luego de preguntarse el uno al otro cómo les iba, entraron en la carpa de Moisés. Biblia Católica (Latinoamericana) Moisés salió al encuentro de su suegro, le hizo una profunda reverencia y lo besó. Se preguntaron el uno al otro acerca de su salud y entraron en la tienda. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Moisés salió a recibir a su suegro, se postró, y lo besó, y se preguntaron el uno al otro por su salud, y entraron en la tienda. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salió Moisés al encuentro de su suegro, se postró, le besó, y después de los saludos, entraron en la tienda. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y vinieron a la tienda. |
Y salió el rey de Sodoma a recibirlo, cuando volvía de herir a Quedorlaomer y a los reyes que estaban con él, al valle de Save, que es el valle del Rey.
Y alzó sus ojos, y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se inclinó hacia la tierra,
Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó su faz a tierra.
Y así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, y lo besó, y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas.
Que aun no me dejaste besar mis hijos y mis hijas. Ahora locamente has hecho.
Y vino José a casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de la casa, y se inclinaron a él hasta tierra.
Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos hablaron con él.
Y José unció su carro y vino a recibir a Israel su padre a Gosén; y se manifestó a él, y se echó sobre su cuello, y lloró sobre su cuello bastante.
Y cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y asimismo de la guerra.
Y vino Betsabé al rey Salomón para hablarle por Adonías. Y el rey se levantó a recibirla, y se inclinó a ella, y volvió a sentarse en su trono, e hizo poner una silla a la madre del rey, la cual se sentó a su diestra.
Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere de aquí a poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.
y dijo a Moisés: Yo tu suegro Jetro vengo a ti, con tu mujer, y sus dos hijos con ella.
Y Moisés tomó el tabernáculo, y lo extendió fuera del campamento, lejos del campamento, y lo llamó el tabernáculo del testimonio. Y fue, que cualquiera que requería al SEÑOR, salía al tabernáculo del testimonio, que estaba fuera del campamento.
Y el SEÑOR dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó.
Y oyendo Balac que Balaam venía, salió a recibirlo a la ciudad de Moab, que está junto al término de Arnón, que está al límite de su territorio.
No me diste beso, y ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.
Entonces hubo gran lloro de todos; y echándose en el cuello de Pablo, le besaban,
de donde, oyendo de nosotros los hermanos, nos salieron a recibir hasta la plaza de Apio, y Las Tres Tabernas, a los cuales como Pablo vio, dio gracias a Dios, y tomó aliento.
Y volviendo Jefté a Mizpa a su casa, he aquí que su hija le salió a recibir con adufes y danzas, y era la sola, la única suya; no tenía fuera de ella otro hijo ni hija.
Llevarás asimismo estos diez quesos de leche al capitán de los mil, y cuida de ver si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos.
Y David dejó de sobre sí la carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al escuadrón; y cuando llegó, preguntaba por sus hermanos, si estaban buenos.