Y oró Isaac al SEÑOR por su mujer, que era estéril; y lo aceptó el SEÑOR, y concibió Rebeca su mujer.
Esdras 8:23 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Ayunamos pues, y buscamos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que ayunamos y oramos intensamente para que nuestro Dios nos cuidara, y él oyó nuestra oración. Biblia Católica (Latinoamericana) Ayunamos pues y suplicamos a Dios por esa intención, y él nos escuchó. La Biblia Textual 3a Edicion Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y Él atendió nuestro ruego. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ayunamos, pues, e invocamos a nuestro Dios con este fin, y él nos escuchó. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y Él nos fue propicio. |
Y oró Isaac al SEÑOR por su mujer, que era estéril; y lo aceptó el SEÑOR, y concibió Rebeca su mujer.
Mas Joacaz oró a la faz del SEÑOR, y el SEÑOR lo oyó; porque miró la aflicción de Israel, pues el rey de Siria los afligía.
Y fueron ayudados contra ellos, y los agarenos se dieron en sus manos, y todos los que con ellos estaban; porque clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable, porque esperaron en él.
Y partimos del río de Ahava el doce del mes primero, para ir a Jerusalén; y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, el cual nos libró de mano del enemigo y del acechador en el camino.
Y el día veinticuatro del mismo mes se juntaron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio, y tierra sobre sí.
Ve, y junta a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche ni día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y así entraré al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.
Fíate del SEÑOR de todo tu corazón, y no estribes en tu propia prudencia.
Y herirá el SEÑOR a Egipto, hiriendo y sanando, porque se convertirán al SEÑOR ; y les será clemente, y los sanará.
Clama a mí, y te responderé, y te enseñaré cosas grandes y dificultosas que tú no sabes.
Y volví mi rostro al Señor Dios, buscándole en oración y ruego, en ayuno, y cilicio, y ceniza.
y era viuda hacía ochenta y cuatro años, que no se apartaba del Templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.
Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días hasta esta hora yo estaba en ayuno; y a la hora novena mientras oraba en mi casa, he aquí un varón se puso delante de mí en vestido resplandeciente.
Mas si desde allí buscares al SEÑOR tu Dios, lo hallarás; si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.