y te juramentaré por el SEÑOR, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no has de tomar mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito;
Eclesiastés 9:2 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso tiene el justo y el impío; el bueno y el limpio y el no limpio; el que sacrifica, y el que no sacrifica; como el bueno, así el que peca; el que jura, como el que teme el juramento. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento. Biblia Nueva Traducción Viviente A la larga, a todos les espera el mismo destino, sean justos o malvados, buenos o malos, religiosos o no religiosos, estén o no ceremonialmente puros. Las personas buenas reciben el mismo trato que los pecadores, y las personas que hacen promesas a Dios reciben el mismo trato que los que no las hacen. Biblia Católica (Latinoamericana) Y no tiene sentido el que todos tengan la misma suerte: el justo y el malo, el hombre puro y el que no lo es, el que ofrece sacrificios y el que no los ofrece, el que se compromete con un voto y el que teme hacerlo. La Biblia Textual 3a Edicion Todo acontece a todos de una misma forma. Lo mismo le ocurre al justo que al impío, al bueno, al puro y al impuro, al que ofrece sacrificios y al que no los ofrece; tanto al recto como al pecador, al que jura en vano° como al que respeta su juramento. Biblia Serafín de Ausejo 1975 vanidad. Todos corren la misma suerte: el justo y el impío, el bueno y el malvado, el puro y el impuro, el que sacrifica y el que no sacrifica. Lo mismo es del bueno que del pecador, del que jura como del que teme jurar. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso acontece al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como el bueno, así el que peca; el que jura, como el que teme el juramento. |
y te juramentaré por el SEÑOR, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no has de tomar mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito;
Una cosa resta es a saber que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume.
Porque al hombre que es bueno delante de Dios, él le da sabiduría y ciencia y alegría, mas al pecador le dio la ocupación de que allegue y amontone, para que dé al bueno delante de él. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Porque el suceso de los hijos de los hombres, y el suceso del animal, el mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros; y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.
Porque si aquél viviere mil años dos veces y no gozó del bien, ciertamente ambos van al mismo lugar.
Bueno es que tomes de esto, y también de aquello no apartes tu mano; porque el que a Dios teme, saldrá con todo.
Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del convite; porque aquello es el fin de todos los hombres; y el que vive se advertirá.
Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes la gracia; sino que tiempo y ocasión acontece a todos.
Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que todos tengan un mismo suceso, y también que el corazón de los hijos de los hombres esté lleno de mal, y de enloquecimiento en su corazón durante su vida; y después, a los muertos.
Hombres, y mujeres, y niños, y las hijas del rey, y a toda alma que había dejado Nabuzaradán capitán de la guardia con Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, y a Jeremías profeta, y a Baruc, hijo de Nerías;
Decimos, pues, ahora: que bienaventurados los soberbios, y aún que los que hacen impiedad son los prosperados. Los que tentaron a Dios, escaparon.
Convertíos pues, y haréis diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirvió.
Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros; y contra los que juran mentira, y los que detienen el salario del jornalero, de la viuda, y del huérfano, y los que hacen agravio al extranjero, no teniendo temor de mí, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
Entró, pues , el pueblo en el bosque, y he aquí que la miel corría; mas ninguno hubo que llegase la mano a su boca; porque el pueblo temía el juramento.