Ahora pues, mi padre os cargó de pesado yugo, mas yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os hirió con azotes, mas yo os heriré con escorpiones.
Eclesiastés 10:16 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es niño, y tus príncipes banquetean de mañana! Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es muchacho, y tus príncipes banquetean de mañana! Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Qué tristeza sufrirá el pueblo gobernado por un sirviente, cuyos líderes hacen fiesta desde la mañana! Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Pobre de ti, país, cuyo rey es un muchacho y cuyos jefes están de parranda desde la mañana! La Biblia Textual 3a Edicion ¡Ay de ti, oh tierra, cuando tu rey es un muchacho, Y tus príncipes banquetean° de mañana! Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Ay de ti, país, que por rey tienes un niño y cuyos príncipes banquetean ya de mañana! Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es muchacho, y tus príncipes banquetean de mañana! |
Ahora pues, mi padre os cargó de pesado yugo, mas yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os hirió con azotes, mas yo os heriré con escorpiones.
y que se allegaron a el hombres vanos, hijos de Belial, y pudieron más que Roboam hijo de Salomón, porque Roboam era joven y tierno de corazón, y no se defendió de ellos.
De veintiún años era Sedequías cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén.
De veintitrés años era Joacaz cuando comenzó a reinar, y tres meses reinó en Jerusalén.
Cuando comenzó a reinar Joacim era de veinticinco años, y reinó once años en Jerusalén: e hizo lo malo en ojos del SEÑOR su Dios.
De ocho años era Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén; e hizo lo malo en ojos del SEÑOR.
El príncipe falto de entendimiento multiplicará los agravios; mas el que aborrece la avaricia, prolongará sus días.
El trabajo de los locos los fatiga; porque no saben por dónde ir a la ciudad.
Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen la carrera de tus caminos.
Casa de David, así dijo el SEÑOR: Juzgad de mañana juicio, y librad al oprimido de mano del opresor; para que mi ira no salga como fuego, y se encienda, y no haya quien apague, por la maldad de vuestras obras.