Porque niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado es asentado sobre su hombro. Y se llamará El Admirable, El Consejero, El Dios, El Fuerte, El Padre Eterno, El Príncipe de Paz.
Daniel 8:15 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y acaeció que estando yo Daniel considerando la visión, y buscando su entendimiento, he aquí, como una semejanza de hombre se puso delante de mí. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras yo, Daniel, procuraba entender el significado de esta visión, alguien que se parecía a un hombre se paró frente a mí. Biblia Católica (Latinoamericana) Ahora bien, mientras yo Daniel contemplaba la visión y trataba de comprenderla, creí ver a un hombre delante de mí La Biblia Textual 3a Edicion Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mientras yo, Daniel, contemplaba la visión y trataba de comprenderla, vi, de pie, junto a mí, a uno que tenía figura humana, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión, y buscaba su significado, he aquí uno con apariencia de hombre se puso delante de mí. |
Porque niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado es asentado sobre su hombro. Y se llamará El Admirable, El Consejero, El Dios, El Fuerte, El Padre Eterno, El Príncipe de Paz.
Y he aquí, como una semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Y abrí mi boca, y hablé, y dije a aquel que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión se trastornaron mis dolores sobre mí, y no me quedó fuerza.
Y aquella como semejanza de hombre me tocó otra vez, y me confortó;
y alzando mis ojos miré, y he aquí un varón vestido de lienzos, y ceñidos sus lomos de oro muy fino;
Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿qué es el cumplimiento de estas cosas?
Veía en la visión de la noche, y he aquí en las nubes del cielo como un hijo de hombre que venía, y llegó hasta el Anciano de gran edad, y le hicieron llegar delante de él.
Hasta aquí fue el fin de la palabra. Yo Daniel, mucho me turbaron mis pensamientos, y mi rostro se me mudó; mas la palabra la guardé en mi corazón.
En el año tercero del reinado del rey Belsasar, me apareció una visión a mí, Daniel, después de aquella que me había aparecido antes.
Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir en el fin de la ira, porque al tiempo señalado se cumplirá.
Y yo dije: ¿Quiénes son éstos, señor mío? Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Yo te enseñaré quiénes son éstos.
Entonces, despedida la multitud, Jesús se vino a casa; y llegándose a él sus discípulos, le dijeron: Decláranos la parábola de la cizaña del campo.
Por tanto, cuando viereis la abominación de asolamiento, que fue dicha por Daniel profeta, que estará en el lugar santo, (el que lee, entienda),
Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria.
Pero cuando viereis la abominación de asolamiento, (que fue dicha por el profeta Daniel,) que estará donde no debe, el que lee, entienda, entonces los que estuvieren en Judea huyan a los montes;
para que viendo, vean y no perciben; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.
Y él respondió: No; mas yo soy el Príncipe del ejército del SEÑOR; ahora he venido. Entonces Josué postrándose sobre su rostro en tierra le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?
y en medio de los siete candeleros, uno semejante al Hijo de hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por los pechos con una cinta de oro.
Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia; porque el número del hombre, y el número de él es seiscientos sesenta y seis.