Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto junto a las estrellas de Dios ensalzaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, y en los lados del aquilón;
Daniel 8:10 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las holló. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó. Biblia Nueva Traducción Viviente Su poder llegó hasta los cielos, donde atacó al ejército de los cielos y arrojó a la tierra a algunos de los seres celestiales y a algunas de las estrellas y los pisoteó. Biblia Católica (Latinoamericana) Alcanzó el ejército de los cielos e hizo caer a la tierra una parte de él como estrellas a las que pisoteó. La Biblia Textual 3a Edicion Y se engrandeció hasta el ejército de los cielos, y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra y las pisoteó. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Creció hasta el ejército del cielo, echó por tierra parte de este ejército y de las estrellas y las pisoteó. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra y las pisoteó. |
Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto junto a las estrellas de Dios ensalzaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, y en los lados del aquilón;
Embriagadlo, porque contra el SEÑOR se engrandeció; y revuélquese Moab sobre su vómito, y sea también él por escarnio.
Y se volverá a su tierra con gran riqueza, y su corazón será contra el santo pacto; hará pues, y se volverá a su tierra.
Porque vendrán contra él naves de Quitim, y él se contristará, y se volverá, y se enojará contra el santo pacto, y hará; se volverá pues, y pensará en los que habrán desamparado el santo pacto.
Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible, y en gran manera fuerte; la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies; y era muy diferente de todas las bestias que habían sido antes de ella, y tenía diez cuernos.
Y lo vi que llegaba junto al carnero, y se levantó contra él, y lo hirió, y quebró sus dos cuernos, porque en el carnero no había fuerzas para parar delante de él; lo derribó por tanto en tierra, y lo holló; ni hubo quien librase al carnero de su mano.
Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba de parto, a fin de devorar a su hijo cuando hubiese nacido.