Y fue que, cuando yo oí estas palabras, me senté y lloré, y me enluté por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.
Daniel 10:2 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras En aquellos días yo, Daniel, me contristé tres semanas de días. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 En aquellos días yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando recibí esta visión, yo, Daniel, había estado de luto durante tres semanas enteras. Biblia Católica (Latinoamericana) En ese tiempo, yo Daniel, guardaba luto por tres semanas. La Biblia Textual 3a Edicion En aquellos días, yo, Daniel, estuve afligiéndome por espacio de tres semanas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por aquellos días, yo, Daniel, hice penitencia durante tres semanas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En aquellos días yo Daniel me contristé por espacio de tres semanas. |
Y fue que, cuando yo oí estas palabras, me senté y lloré, y me enluté por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.
Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
Porque tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella.
¡Oh, si mi cabeza se tornase aguas, y mis ojos fuentes de aguas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!
Y me dijo: Daniel, no temas, porque desde el primer día que diste tu corazón a entender, y a afligir tu alma delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y yo soy venido a causa de tus palabras.
Y Jesús les dijo: ¿Pueden los hijos the la recamara nuncial tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Mas vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.
Y si alguno les quisiere empecer, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno les quisiere hacer daño, es necesario que él sea así muerto.