Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y aun helo aquí en mi saco. Se les sobresaltó entonces el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?
Cantares 5:6 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Abrí yo a mi amado; mas mi amado se había ido, había ya pasado; y tras su hablar salió mi alma: lo busqué, y no lo hallé; lo llamé, y no me respondió. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Abrí yo a mi amado; Pero mi amado se había ido, había ya pasado; Y tras su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo hallé; Lo llamé, y no me respondió. Biblia Nueva Traducción Viviente Le abrí a mi amado, ¡pero él ya se había ido! Se me desplomó el corazón. Lo busqué pero no pude encontrarlo. Lo llamé pero no tuve respuesta. Biblia Católica (Latinoamericana) Abrí a mi amado,
pero mi amado ya se había ido.
¡Se me fue el alma tras de él!
Lo busqué y no lo hallé,
lo llamé y no me respondió. La Biblia Textual 3a Edicion Abrí a mi amado, Pero mi amado ya se había ido, Había pasado, Y mi alma salió tras su hablar. Lo busqué, pero no lo hallé, Lo llamé, pero no me respondió. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Abrí a mi amado; mas mi amado se había ido ya, se había marchado. Mi corazón salió tras el eco de sus pasos: le busqué y no le hallé. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Abrí yo a mi amado; pero mi amado se había ido, había ya pasado; y tras su hablar salió mi alma; lo busqué, y no lo hallé; lo llamé, y no me respondió. |
Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y aun helo aquí en mi saco. Se les sobresaltó entonces el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?
Y el rey respondió: ¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia? El maldice así, porque el SEÑOR le ha dicho que maldiga a David; ¿quién pues le dirá: Por qué lo haces así?
De David. A ti llamaré, oh SEÑOR, fuerza mía; no te desentiendas de mí; para que no sea yo , dejándome tú , semejante a los que descienden al sepulcro.
porque tú , SEÑOR, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fui conturbado.
He trabajado llamando, mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.
Me acordaba de Dios, y gritaba; me quejaba, y desmayaba mi espíritu. (Selah.)
SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo humearás tú contra la oración de tu pueblo?
Entonces me llamarán, y no responderé; me buscarán de mañana, y no me hallarán;
Yo duermo, pero mi corazón vela por la voz de mi amado que toca a la puerta : Abreme, hermana mía, compañera mía, paloma mía, perfecta mía; porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas de la noche.
Mi amado metió su mano por el agujero, y mis entrañas se conmovieron dentro de mí.
¿Donde se ha ido tu amado, oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Adónde se apartó tu amado, y le buscaremos contigo?
Y dirás en aquel día: Cantaré a ti, oh SEÑOR; pues aunque te enojaste contra mí, tu furor se apartó, y me has consolado.
porque vine, y nadie apareció; llamé, y nadie respondió. ¿Ha llegado a acortarse mi mano, para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; torno los ríos en desierto; hasta pudrirse sus peces, y morirse de sed por falta de agua.
Porque no contenderé para siempre, ni para siempre enojaré; porque el espíritu por mi vistió el cuerpo, y yo hice las almas.
Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese obrado justicia, y que no hubiese dejado el derecho de su Dios; pregúntanme derechos de justicia, y quieren acercarse a Dios.
Esperaré, pues, al SEÑOR, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y a él aguardaré.
Andaré, y tornaré a mi lugar, hasta que conozcan su pecado, y busquen mi rostro. En su angustia madrugarán a mí.
Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando al SEÑOR, y no le hallarán; se apartó de ellos.
Y aconteció que como él clamó, y no escucharon, así ellos clamaron, y yo no escuché, dice el SEÑOR de los ejércitos;
Y se acordó Pedro de las palabras de Jesús, que le dijo: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.
Y el gallo cantó la segunda vez; y Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba.
Yo reprendo y castigo a todos los que amo: sé pues celoso, y enmiéndate.
Y consultó Saúl al SEÑOR; pero el SEÑOR no le respondió, ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas.