Y todas las mujeres cuyo corazón las levantó en sabiduría, hilaron pelos de cabras.
2 Timoteo 1:6 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Por lo cual te aconsejo que despiertes el don de Dios, que está en ti por la imposición de mis manos. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Biblia Nueva Traducción Viviente Por esta razón, te recuerdo que avives el fuego del don espiritual que Dios te dio cuando te impuse mis manos. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso te invito a que reavives el don de Dios que recibiste por la imposición de mis manos. La Biblia Textual 3a Edicion Por esta razón, te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso te insisto en que reavives ese don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por lo cual te aconsejo que avives el don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. |
Y todas las mujeres cuyo corazón las levantó en sabiduría, hilaron pelos de cabras.
Y Moisés llamó a Bezaleel y a Aholiab, y a todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón había dado el SEÑOR sabiduría, y a todo hombre a quien su corazón le movió a llegarse a la obra, para trabajar en ella;
Hazme acordar, entremos en juicio juntamente; cuenta tú para abonarte.
Mas llamados diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo.
Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
a éstos presentaron delante de los apóstoles, los cuales orando les pusieron las manos encima.
No menosprecies el don que está en ti, que te es dado para profetizar mediante la imposición de las manos de los ancianos.
Si esto propusieres a los hermanos, serás buen ministro de Jesús el Cristo, criado en las palabras de la fe y de la buena doctrina, la cual has alcanzado.
Esto aconseja, protestando delante del Señor. No tengas contienda en palabras, que para nada aprovecha, antes trastorna a los oyentes.
Que prediques la Palabra; que apresures a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende duramente ; exhorta con toda paciencia y doctrina.
de la doctrina de los bautismos, y de la imposición de manos, y de la resurrección de los muertos, y del juicio eterno.
Por esto, yo no dejaré de amonestaros siempre de estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente.
Carísimos, yo os escribo ahora esta segunda carta, por la cual despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento;
Os quiero pues amonestar, ya que alguna vez habéis sabido esto, que el Señor habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creían;