y daré sobre él, que él estará cansado y flaco de manos; lo atemorizaré, y todo el pueblo que está con él huirá, y heriré al rey solo.
2 Samuel 4:1 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Luego que oyó el hijo de Saúl que Abner había sido muerto en Hebrón, las manos se le descoyuntaron, y fue atemorizado todo Israel. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Luego que oyó el hijo de Saúl que Abner había sido muerto en Hebrón, las manos se le debilitaron, y fue atemorizado todo Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Is-boset, el hijo de Saúl, se enteró de la muerte de Abner en Hebrón, se acobardó y todo Israel quedó paralizado de miedo. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando el hijo de Saúl supo que Abner había sido asesinado en Hebrón, se le cayeron los brazos y todo Israel se estremeció. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando el hijo de Saúl° supo que Abner había muerto en Hebrón, sus manos se debilitaron y todo Israel fue turbado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando Isbaal, hijo de Saúl, se enteró de la muerte de Abner en Hebrón, desfallecieron sus manos y todo Israel quedó consternado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Luego que oyó el hijo de Saúl que Abner había sido muerto en Hebrón, sus manos se le debilitaron, y fue atemorizado todo Israel. |
y daré sobre él, que él estará cansado y flaco de manos; lo atemorizaré, y todo el pueblo que está con él huirá, y heriré al rey solo.
Mas Abner hijo de Ner, general del ejército de Saúl, tomó a Is-boset hijo de Saúl, y lo hizo pasar al real.
Y cuando Abner volvió a Hebrón, lo apartó Joab al medio de la puerta, hablando con él blandamente, y allí le hirió por la quinta costilla , a causa de la muerte de Asael su hermano, y murió.
Mas el pueblo de la tierra debilitaba las manos del pueblo de Judá, y los perturbaban de edificar.
Porque todos ellos nos ponían miedo, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será hecha. Esfuerza pues mis manos, oh Dios .
Por tanto, se descoyuntarán todas la manos, y todo corazón de hombre se desleirá.
Oyó su fama el rey de Babilonia, y sus manos se descoyuntaron; angustia le tomó, dolor como de mujer de parto.
Su fama oímos, y nuestras manos se descoyuntaron; se apoderó de nosotros angustia, dolor como de mujer que está de parto.
En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos.