Y tomando el manto de Elías que se le había caído, hirió las aguas, y dijo: ¿Dónde está el SEÑOR Dios de Elías? Y cuando hirió las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.
2 Reyes 8:4 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y había el rey hablado con Giezi, criado del varón de Dios, diciéndole: Te ruego que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y había el rey hablado con Giezi, criado del varón de Dios, diciéndole: Te ruego que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando ella entró, el rey estaba conversando con Giezi, el sirviente del hombre de Dios, y acababa de decirle: «Cuéntame algunas de las grandes cosas que ha hecho Eliseo». Biblia Católica (Latinoamericana) El rey estaba hablando con Guejazí, sirviente del hombre de Dios: 'Cuéntame, le decía, todas las cosas extraordinarias que ha hecho Eliseo'. La Biblia Textual 3a Edicion Y el rey hablaba a Giezi, siervo del varón de Dios, diciendo: Cuéntame ahora todos los prodigios que ha hecho Eliseo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Estaba el rey hablando con Guejazí, el criado del varón de Dios, y le decía: 'Cuéntame todos los prodigios que hizo Eliseo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el rey estaba hablando con Giezi, criado del varón de Dios, diciéndole: Te ruego que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo. |
Y tomando el manto de Elías que se le había caído, hirió las aguas, y dijo: ¿Dónde está el SEÑOR Dios de Elías? Y cuando hirió las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.
Y mirando él atrás, los vio, y los maldijo en el nombre del SEÑOR. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos cuarenta y dos muchachos.
Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando él la llamó, vino ella delante de él.
Partió, pues , y vino al varón de Dios al monte del Carmelo. Y cuando el varón de Dios la vio de lejos, dijo a su criado Giezi: He aquí la sunamita.
El entonces descendió, y se lavó siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y fue limpio.
Y Eliseo sentado en su casa, y con él estaban sentados los ancianos; y el rey envió a él un varón. Mas antes que el mensajero viniese a él, dijo él a los ancianos: ¿No habéis visto como este hijo del homicida me envía a quitar la cabeza? Mirad, pues, y cuando viniere el mensajero, cerrad la puerta, e impedidle la entrada; ¿no viene tras él el estruendo de los pies de su amo?
Y el varón de Dios dijo: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo nadar el hierro.
Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra del SEÑOR: Así dijo el SEÑOR: Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seah de cebada un siclo, a la puerta de Samaria.
Y vinieron, y dieron voces a los guardas de la puerta de la ciudad, y les declararon, diciendo: Nosotros fuimos al campamento de los siros, y he aquí que no había allí hombre, ni voz de hombre, sino los caballos atados, los asnos atados, y el campamento como se estaba.
Y había cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?
Y cuando fueron pasados los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; después salió para clamar al rey por su casa, y por sus tierras.
y enviándolos a Belén, dijo: Andad allá, y preguntad con diligencia por el niño; y después que le hallaréis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Y Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía mucho que deseaba verle; porque había oído de él muchas cosas, y tenía esperanza que le vería hacer alguna señal.
Y dijo Herodes: A Juan yo degollé: ¿quién pues será éste, de quien yo oigo tales cosas? Y procuraba verle.
Les respondió: Ya os lo he dicho, y lo habéis oído; ¿qué más queréis oír? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?
Y algunos días después, viniendo Félix con Drusila, su mujer, la cual era judía, llamó a Pablo, y oyó de él la fe que es en el Cristo.