Yo, yo soy el que arraigo tus rebeliones por amor de mí; y no me acordaré de tus pecados.
2 Corintios 5:19 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Porque ciertamente Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí mismo , no imputándoles sus pecados, y puso en nosotros la palabra de la Reconciliación. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación. Biblia Católica (Latinoamericana) Pues en Cristo Dios estaba reconciliando el mundo con él; ya no tomaba en cuenta los pecados de los hombres, sino que a nosotros nos entregaba el mensaje de la reconciliación. La Biblia Textual 3a Edicion Esto es, que Dios estaba en el Mesías reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándoles en cuenta° sus pecados, y puso en nosotros la palabra de la reconciliación. Biblia Serafín de Ausejo 1975 como que Dios es quien en Cristo estaba reconciliando consigo el mundo, sin tomar en cuenta a los hombres sus faltas, y quien puso en nosotros el mensaje de la reconciliación. Biblia Reina Valera Gómez (2023) De manera que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no imputándole sus pecados, y nos encomendó a nosotros la palabra de la reconciliación. |
Yo, yo soy el que arraigo tus rebeliones por amor de mí; y no me acordaré de tus pecados.
Yo deshice, como nube, tus rebeliones, y tus pecados, como niebla; tórnate a mí, porque yo te redimí.
Así era continuamente: la nube lo cubría, y de noche la apariencia de fuego.
He aquí una Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emmanuel, que es, si lo declaras: Dios con nosotros.
Aquel día vosotros conoceréis que yo soy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en una cosa; y que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado, como también a mí me has amado.
Porque si el desechamiento de ellos es la reconciliación del mundo, ¿qué será el recibimiento de ellos , sino vida de entre los muertos?
Y sin falta, grande es el misterio de la piedad: Dios se ha manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los Angeles; ha sido predicado a los gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria.
En esto consiste la caridad, no porque nosotros hayamos amado a Dios, sino porque él nos amó a nosotros, y ha enviado a su Hijo para ser aplacación por nuestros pecados.