Tu sierva pues dice: Que sea ahora la respuesta de mi señor el rey para descanso; pues que mi señor el rey es como un ángel de Dios para escuchar lo bueno y lo malo, y el SEÑOR tu Dios sea contigo.
1 Reyes 3:9 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Da pues a tu siervo corazón dócil para juzgar a tu pueblo, para que pueda juzgar entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar éste tu pueblo tan grande? Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Biblia Nueva Traducción Viviente Dame un corazón comprensivo para que pueda gobernar bien a tu pueblo, y sepa la diferencia entre el bien y el mal. Pues, ¿quién puede gobernar por su propia cuenta a este gran pueblo tuyo? Biblia Católica (Latinoamericana) Concéde pues a tu servidor que sepa juzgar a tu pueblo y pueda distinguir entre el bien y el mal. ¿Quién podría en realidad gobernar bien a un pueblo tan importante? La Biblia Textual 3a Edicion Da pues a tu siervo un corazón que sepa escuchar, para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque, ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Concede, pues, a tu siervo un corazón prudente, para que sepa juzgar a tu pueblo y discernir entre lo bueno y lo malo. Porque ¿quién es capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan considerable?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? |
Tu sierva pues dice: Que sea ahora la respuesta de mi señor el rey para descanso; pues que mi señor el rey es como un ángel de Dios para escuchar lo bueno y lo malo, y el SEÑOR tu Dios sea contigo.
Toda la tierra procuraba ver la cara de Salomón, para oír su sabiduría, la cual Dios había puesto en su corazón.
Y todo Israel oyó aquel juicio que había juzgado el rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.
Y el SEÑOR te dé entendimiento y prudencia, y él te dé mandamientos para Israel; y que tú guardes la ley del SEÑOR tu Dios.
Asimismo da a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, y tus testimonios, y tus estatutos; y para que haga todas las cosas, y te edifique la Casa para la cual yo he hecho el aparejo.
Dame, pues, ahora sabiduría y ciencia, para que pueda gobernar este pueblo; porque ¿quién podrá juzgar este tu pueblo tan grande?
Dame entendimiento, y guardaré tu ley; y la cumpliré de todo corazón.
YOD Tus manos me hicieron y me formaron; hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.
La sabiduría del cuerdo es entender su camino; mas la locura de los locos es engaño.
Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; y adquirir inteligencia vale más que la plata.
Buena es la ciencia con herencia; y es la excelencia de los que ven el sol.
La sabiduría fortifica al sabio más que diez poderosos príncipes que haya en la ciudad.
Y yo dije: ¡Ah! ¡ah! ¡Señor DIOS! He aquí, no sé hablar, porque soy niño.
¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, dijo el SEÑOR, y a ti te daré tu vida por despojo en todos los lugares adonde fueres.
Y él es el que muda los tiempos y las oportunidades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.
Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras de mí, más poderoso es que yo; los zapatos del cual yo no soy digno de llevar. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Mas Juan lo resistía mucho, diciendo: Yo necesito ser bautizado de ti, ¿y tú vienes a mí?
No puedo yo de mí mismo hacer nada; como oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, del Padre.
a éstos ciertamente olor de muerte para muerte; y a aquellos olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿quién es suficiente?
no que seamos suficientes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia es de Dios;
Por tanto, no seáis imprudentes, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
para que aprobéis lo mejor; que seáis sinceros y sin ofensa para el día del Cristo;
mas de los perfectos es la vianda firme, es a saber de los que por la costumbre tienen ya los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, (el cual da a todos abundantemente, y sin reproche) y le será dada.
Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida.