No a nosotros, oh SEÑOR, no a nosotros, sino a tu Nombre da gloria; por tu misericordia, por tu verdad.
1 Corintios 3:7 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que da el crecimiento. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Biblia Nueva Traducción Viviente No importa quién planta o quién riega; lo importante es que Dios hace crecer la semilla. Biblia Católica (Latinoamericana) De modo que el que planta no es algo, ni tampoco el que riega, sino Dios que hace crecer. La Biblia Textual 3a Edicion Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que está dando el crecimiento. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y así lo que cuenta no es el que planta ni el que riega, sino el que produce el crecimiento: Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que da el crecimiento. |
No a nosotros, oh SEÑOR, no a nosotros, sino a tu Nombre da gloria; por tu misericordia, por tu verdad.
Y sea la hermosura del SEÑOR nuestro Dios sobre nosotros; y enderezca sobre nosotros la obra de nuestras manos, la obra de nuestras manos enderezca.
Como nada son todos los gentiles delante de él; y en su comparación serán estimadas en vanidad y en menos que nada.
He aquí, todos son vanidad; y las obras de ellos nada. Viento y confusión son sus vaciadizos.
Y todos los moradores de la tierra por nada son contados; y en el ejército del cielo, y en los moradores de la tierra, hace según su voluntad: ni hay quien estorbe con su mano, y le diga: ¿Qué haces?
YO SOY la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer.
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy.
Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su salario conforme a su labor.
He sido loco (en gloriarme); vosotros me constreñisteis; pues yo había de ser alabado de vosotros, porque en nada he sido menos que los grandiosos apóstoles, aunque nada soy.
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque (mi) potencia en la flaqueza se perfecciona. Por tanto, de buena gana me gloriaré de mis flaquezas, para que habite en mí la potencia de Cristo.
Porque el que estima de sí que es algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.