La salutación de mí, Pablo, de mi mano.
Yo, Pablo, os escribo esta salutación de mi propia mano.
Este es mi saludo de puño y letra: Pablo.
El saludo es de mi puño y letra: Pablo.
La salutación va de mi propia mano: Pablo.
Mi saludo de puño y letra; Pablo.
La salutación de Pablo, de mi propia mano.
Yo Tercio, que escribí la epístola, os saludo en el Señor.
Mirad qué larga carta os he escrito de mi mano.
La salutación de mi mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros. Amén.
Salud de mi mano, Pablo, que es signo en todas mis cartas: así escribo.
Yo Pablo lo escribí de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun a ti mismo te me debes demás.