Pero hay gente que me adora ofreciendo un toro en sacrificio, y después sale y mata a una persona. »Hay gente que me sacrifica una oveja y ofrece a los ídolos un perro. Hay gente que me presenta ofrendas de cereales y luego me ofende ofreciendo a los ídolos sangre de cerdos. Hay gente que me honra con incienso y luego bendice a un ídolo. »Esa gente hace lo que quiere, porque así lo ha decidido;
»Dios les advierte: “¿Por qué me traen tantos animales para presentarlos en mi altar? ¡Ya estoy harto de esas ofrendas; me da asco ver tanta sangre de toros, carneros y cabritos!
»¿De qué me sirve este incienso que me traen del reino de Sabá? ¿Para qué quiero la caña dulce que me traen de un país lejano? ¡Me disgustan todas las ofrendas que queman sobre mi altar!
Dios le dijo a su pueblo: «A ustedes les gusta adorar a muchos dioses, y andan de altar en altar. Eso yo no lo acepto, y por este terrible pecado, los voy a castigar».
»¿Y después de presentarme esa clase de ofrendas, todavía esperan que yo los escuche y les tenga compasión? Pues yo soy el Dios todopoderoso y quiero que les quede claro lo siguiente: