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Sofonías 1:9 - Versión Biblia Libre

9 También castigaré a los que saltan por encima del umbral. Ese día castigaré a los que llenan las casa de sus amos con violencia y engaño.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Asimismo castigaré en aquel día a todos los que saltan la puerta, los que llenan las casas de sus señores de robo y de engaño.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Sí, castigaré a los que toman parte en cultos paganos y a los que llenan las casas de sus amos con violencia y engaño.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 También pediré cuentas a todos los que saltan por encima del umbral del Templo de su Señor sin pisarlo, y a los que lo llenan de violencia y de robos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Aquel día castigaré también a cuantos saltan el umbral,° y llenan de engaños y violencias la casa de sus señores.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Castigaré también aquel día a los que traspasan el umbral, a los que llenan la casa de su señor de violencia y fraude.

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Sofonías 1:9
11 Referencias Cruzadas  

Pero los gobernadores anteriores a mí habían impuesto una pesada carga al pueblo, quitándole cuarenta siclos de plata, así como comida y vino. Sus ayudantes también extorsionaban al pueblo. Pero por mi respeto a Dios no actué así.


El gobernante que escucha la mentira no tendrá nada, sino solo oficiales malvados.


Sus casas están llenas de sus ganancias mal habidas, como jaulas llenas de pájaros. Por eso se han hecho poderosos y ricos.


Ellos no saben hacer lo recto, declara el Señor. Han guardado en sus castillos lo que han arrebatado con violencia y lo que han robado.


Los ricos entre tu pueblo ganan el dinero con violencia. Ellos mienten y engañan.


“¿Qué es?” le pregunté. “Lo que ves moverse es un barril lleno de los pecados de todos en la nación”, respondió.


Pero cuando sus amos vieron que la joven había perdido sus medios para ganar dinero, agarraron a Pablo y a Silas y los llevaron a rastras ante las autoridades que estaban en la plaza del mercado.


Su amo se levantó por la mañana y abrió la puerta de la casa. Salió para continuar su viaje y allí estaba su concubina, tendida en la puerta de la casa, con las manos agarradas al umbral.


(Por eso los sacerdotes de Dagón, y todos los que entran en el templo de Dagón en Asdod, no pisan el umbral, ni siquiera hasta ahora).


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