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Rut 2:2 - Versión Biblia Libre

2 Poco después, Rut la moabita le dijo a Noemí: “Por favor, déjame ir a los campos a recoger el grano que ha quedado, si encuentro a alguien que me dé permiso”. “Sí, adelante, hija mía”, respondió Noemí.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Un día Rut la moabita le dijo a Noemí: —Déjame ir a los campos de cosecha a ver si alguien en su bondad me permite recoger las espigas de grano dejadas atrás. Noemí respondió: —Está bien, hija mía, puedes ir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Rut le pidió permiso a Noemí para ir a recoger espigas donde pudiera hacerlo sin problemas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y rebuscaré° espigas detrás de cualquiera ante cuyos ojos halle gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Rut, la moabita, dijo a Noemí: 'Permíteme ir al campo a recoger espigas tras de aquel a cuyos ojos hallare yo favor'. Ella le respondió: 'Vete, hija mía'.

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Rut 2:2
9 Referencias Cruzadas  

Los mensajeros volvieron a Jacob y le dijeron: “¡Su hermano Esaú viene a recibirle con 400 hombres armados!”


No recojas hasta la última uva de tu viñedo ni recojas las que han caído. Déjalas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor tu Dios.


“No vayas por ahí difundiendo falsos rumores sobre la gente. No te quedes callado cuando las vidas de otros están en peligro. Yo soy el Señor.


“Cuando cosechen los cultivos de su tierra, no lo hagan hasta los límites del campo, ni recojan lo que se ha perdido.


“Cuando coseches los cultivos de tu tierra, no lo hagas hasta los bordes del campo, o recoge lo que se ha perdido. Déjalos para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor tu Dios”.


Así que fue a recoger el grano que habían dejado los segadores. Resulta que estaba trabajando en un campo que pertenecía a Booz, un pariente de Elimelec.


“Me pidió permiso para recoger el grano detrás de los segadores. Así que vino, y ha estado trabajando aquí desde la mañana hasta ahora, salvo un breve descanso en el refugio”.


“Gracias por tu bondad con tu sierva”, dijo ella. Luego siguió su camino, comió algo y ya no se veía triste.


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