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Oseas 3:1 - Versión Biblia Libre

1 El Señor me dijo: “Ve una vez más y ama a una mujer que es amada por otro y es adúltera, así como el Señor ama a los hijos de Israel, aunque ellos buscan a otros dioses y se deleitan en su adoración sensual”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman tortas de pasas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Entonces el Señor me dijo: «Ve y ama otra vez a tu esposa, aun cuando ella comete adulterio con un amante. Esto ilustrará que el Señor aún ama a Israel, aunque se haya vuelto a otros dioses y le encante adorarlos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Yavé me dijo: 'Vuelve a querer de nuevo a una mujer adúltera que hace el amor con otros, así como Yavé ama a los hijos de Israel a pesar de que lo han dejado por otros dioses y les ofrecen tortas de pasas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Me dijo YHVH: Ve otra vez, ama a una mujer amada por su marido,° y aún así, adúltera, Tal como YHVH ama a los hijos de Israel, Aunque siguen a dioses ajenos, Y aman las tortas de uvas pasas.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Yahveh me dijo: 'Vete otra vez y ama a una mujer que ama a otro y es adúltera, como ama Yahveh a los hijos de Israel, aunque ellos se vuelven a otros dioses y se complacen en las tortas de pasas'.

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Oseas 3:1
34 Referencias Cruzadas  

Entonces les dio a todos los israelitas, tanto a hombres como a mujeres, una hogaza de pan, una torta de dátiles y una torta de pasas. Luego los envió a todos a sus casas.


Pero el Señor los ayudó con gracia y fue bondadoso con ellos. Los cuidó por su acuerdo con Abraham, Isaac y Jacob. Hasta el día de hoy no ha querido destruirlos ni echarlos de su presencia.


Luego repartió a cada israelita, a cada hombre y a cada mujer, una hogaza de pan, una torta de dátiles y una torta de pasas.


Pero por tu maravillosa misericordia no terminaste con ellos y no los abandonaste, porque eres un Dios clemente y misericordioso.


Tal como los siervos miran a su amo, o como la esclava mira a la señora de su casa, así fijamos nuestra mirada en ti, Señor, esperando que seas misericordioso con nosotros.


Al día siguiente, temprano, sacrificaron ofrendas quemadas y presentaron ofrendas de paz. Luego se sentaron a celebrar con comida y bebida. Luego se levantaron para bailar, y se convirtió en una orgía.


Aliméntame con pasas para darme energía, dame manzanas para reanimarme, porque el amor me ha debilitado!


Vengan a mí todos los que están en la tierra y sálvense, porque yo soy Dios y no hay Dios fuera de mí.


Pero al igual que una esposa puede traicionar a su marido, ustedes me han traicionado, pueblo de Israel, declara el Señor.


¿Pero no sigue siendo Efraín mi hijo precioso, mi hijo adorable? Aunque a menudo tenga que regañarlo, no puedo olvidarlo. Por eso me desgarro por dentro con anhelo, queriendo demostrar lo mucho que me importa! declara el Señor.


¿Cómo podría abandonarte, Efraín? ¿Cómo podría dejarte ir, Israel? ¿Cómo podría hacer contigo lo mismo que con Adamá? ¿Cómo podría tratarte como a Seboín? Mi corazón se hace pedazos, y reboso en compasión.


Pues su madre era un prostituta que los concibió de manera vergonzosa. Ella dijo: ‘Buscaré a mis amantes que me proveen comida y agua, así como la lana, el lino, el aceite de oliva y me dan de beber’.


Ellosdestruyen sus mentes con el vino viejo y el vino nuevo.


En el cumpleaños del rey los príncipes beben hasta enfermar, mientras él se junta con los que se ríen.


Se extienden sobre cualquier altar, vestidos con ropa tomada de sus deudores como pago, en el templo de su dios beben vino arrebatado de las personas a quienes multaron.


Beben del vaso lleno de agua, y se ungen con los aceites más exclusivos, pero no se lamentan de la ruina de los descendientes de José.


Pero en cuanto a mi, yo pongo mis ojos en el Señor. Esperaré en el Dios que me salva. Mi Dios me escuchará.


“Por eso, esto es lo que dice el Señor: He vuelto a ser misericordioso con Jerusalén. Mi Templo volverá a construirse allí, así como la ciudad, declara el Señor Todopoderoso.


“Amigo mío, haz lo que viniste a hacer”, le dijo Jesús a Judas. Entonces vinieron y tomaron a Jesús y lo arrestaron.


No pueden beber la copa del Señor y también la copa de los demonios; así como no pueden comer en la mesa del Señor y también en la mesa de los demonios.


No deben adorar ídolos, como algunos de ellos lo hicieron, tal como se registra en la Escritura: “El pueblo festejó y bebió, y se gozaron en culto pagano”.


En el pasado vivieron mucho tiempo siguiendo los caminos del mundo: inmoralidad, complacencia sexual, orgías, fiestas, borracheras, e idolatría abominable.


Así que se deshicieron de los dioses extranjeros que tenían y adoraron al Señor. Y el Señor no pudo soportar más la miseria de Israel.


En la época de la cosecha salieron al campo, recogieron las uvas de sus viñedos y las pisaron. Lo celebraron haciendo una fiesta en el templo de su dios, donde comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec.


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