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Números 3:51 - Versión Biblia Libre

51 Moisés dio este dinero de redención a Aarón y sus hijos como el Señor se lo había dicho, siguiendo las instrucciones del Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

51 Y Moisés dio el dinero de los rescates a Aarón y a sus hijos, conforme a la palabra de Jehová, según lo que Jehová había mandado a Moisés.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

51 Así que Moisés les dio la plata del rescate a Aarón y a sus hijos, tal como el Señor le había ordenado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

51 Moisés la entregó a Aarón y a sus hijos según Yavé le había ordenado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

51 Y Moisés entregó el dinero de los redimidos a Aarón y a sus hijos, conforme al dicho de YHVH, tal como YHVH había ordenado a Moisés.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

51 Moisés entregó el dinero del rescate a Aarón y a sus hijos, conforme a la orden de Yahveh, según lo que Yahveh había mandado a Moisés.

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Números 3:51
11 Referencias Cruzadas  

Entonces todos los israelitas siguieron estas instrucciones. Hicieron exactamente lo que el Señor había ordenado a Moisés y Aarón.


Recuerden la ley de Moisés mi siervo que yo le di a él y a Israel para que la siguieran. Todas las instrucciones y ceremonias las enseñé en el Monte Sinaí.


como el Señor le había dicho a Moisés que hiciera. Moisés llevó a cabo este censo en el desierto del Sinaí.


Moisés se enfadó mucho y le dijo al Señor: “No aceptes sus ofrendas. Nunca les he quitado ni un burro ni he tratado mal a ninguno de ellos”.


Entregarás el dinero a Aarón y a sus hijos como precio de redención para cubrir el exceso de los israelitas que sobran”.


Recolectó el dinero dado en nombre de los primogénitos de los israelitas. Llegó a recolectar 1.365 siclos, (usando el estándar del siclo del santuario).


El Señor le dijo a Moisés y Aarón:


Nunca quise la plata, ni el oro, ni la ropa de nadie.


Si otros ejercen este derecho sobre ustedes, ¿no lo merecemos nosotros mucho más? Aun así, nosotros no ejercimos este derecho. Por el contrario, estaríamos dispuestos a soportar cualquier cosa antes que retener el evangelio de Cristo.


Cuiden del rebaño que se les ha encomendado, no porque estén obligados a vigilarlos, sino con agrado, como Dios quiere que sea. Háganlo de buena gana, sin buscar beneficio de ello.


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